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Álvaro Faes

al final de la semana

Álvaro Faes

Larga vida a la Oviedo Cup

El valor de un torneo de fútbol firmemente asentado en la ciudad

Para saber lo que pasa en Oviedo en Semana Santa es importante una cosa. Estar en Oviedo en Semana Santa, verlo y palparlo. Y lo visto estos días da para pensar en unos cuantos años más de buenas cifras y mucha gente en las calles, restaurantes y alojamientos en general. Y con un tiempo más que aceptable. Negocio redondo para todos.

Mientras día a día, las hermandades celebraban sus procesiones y atraían a un número respetable de espectadores entre cofrades, turistas curiosos y otros devotos, las grandes cifras se movían alrededor de la religión universal que es el balón de fútbol.

En 2007, para la segunda edición de la Oviedo Cup, los organizadores festejaban los 52 equipos inscritos y 150 partidos previstos. Hoy son 390 escuadras y más de mil enfrentamientos. Los extranjeros aún no han regresado después de la pandemia pero ya les espera para 2023. La ciudad es un ir y venir de autobuses, camisetas de equipos de fútbol y familiares convertidos en aficiones. Suele haber nervios en los campos, el fútbol es así, pero manda el buen rollo. Fuera de la cancha son miles los que arrasan con fabadas y cachopos. Cada día inician una gymkana en busca de mesa, piensan en el plan, eligen restaurante y, si el calendario encaja, organizan visitas a Cudillero, Salinas, Gijón o Covadonga. Son muchos y se hacen notar.

Nacho Canal, Chus Hevia y José Ángel Fernández tuvieron la valentía de lanzarse a ello hace 17 años y la perseverancia de seguir adelante. Nacido todo muy amateur, la Oviedo Cup ya es una empresa con todas las letras: genera actividad en su entorno crea empleo y riqueza y refuerza a la ciudad como destino turístico. También da un retorno económico a sus promotores. “Viven de esto todo el año”, se escucha a veces, mitad reproche, mitad admiración, como si no costase armar ese mecano de partidos en 23 campos al mismo tiempo y hacer que los fallos ni se vean.

Pasó estos días en la capital asturiana que muchos hoteles estaban completos con todo lo del torneo. Jugadores y entrenadores, sí, pero también amplias expediciones familiares. Participar en la Oviedo Cup es una tradición en muchos clubes de fútbol en España. Los hay que suman en este viaje más de 200 jugadores y otros tantos acompañantes. No solo van a hoteles, hubo residencias de estudiantes llenas de pequeños futbolistas y también apartamentos turísticos destinados a familiares.

Con un paseo por la ciudad se notaba su presencia. Y se les veía contentos; el torneo lo ganan solo unos pocos, pero Oviedo les da algo de incalculable valor: cuatro días de felicidad, rodeados de amigos y en torno al deporte. Larga vida a la Oviedo Cup, la ciudad lo agradecerá.

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