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Fernando Monreal

Fernando Monreal

Doctor en Medicina y Cirugía

Sobre la guerra contra Napoleón

Godoy y el general Ricardos

(Conversación entre amigos)

–¿Pero, al final, cuándo fueron, el 2 o el 3 de mayo?

–Los fusilamientos fueron el 3 de mayo; pero la batalla sangrienta fue el día anterior, el 2 de mayo de 1808.

–Sí, es que siempre me hago un lío con estas fechas. Sé que todo esto horrorizó a Goya y lo plasmó en sus famosos cuadros. Y, cuando menciono a Goya siempre me acuerdo del cuadro que pintó al general Antonio Ricardos…

–¿Te refieres a la copia que hay en la Quinta de Selgas, en Cudillero?

–Sí, a ese mismo, por supuesto. Lo reprodujo muy bien y, por desgracia, poco antes de su muerte.

–Fallecido de neumonía, por cierto.

–Es que, el pobre hombre mucho sufrió en la Guerra del Rosellón, contra los franceses.

–La también llamada Guerra de la Convención o de los Pirineos. Esa que enfrentó a la Francia revolucionaria contra los reinos de España y Portugal, entre los años 1793 y 1795.

–Fue Francia quien declaró la guerra, pero España invadió el Rosellón. Aunque, meses después, los franceses hicieron retroceder al ejército español hasta Cataluña.

–Es que dura poco la alegría en casa del pobre. Y, además, en el Pirineo occidental los franceses llegaron a conquistar el País Vasco y Navarra. Estaban fuertes los gabachos.

–Menos mal que se firmó la Paz de Basilea…

–Pero este tratado, firmado en 1795 en la ciudad suiza, nos convirtió en sus aliados contra Inglaterra. Y esto hizo que perdiéramos posteriormente nuestra flota, en Trafalgar.

–Bueno…, y para que los franceses nos devolvieran Guipúzcoa les tuvimos que dar a cambio la parte española de la isla de Santo Domingo. Porque ya sabes que Haití era colonia de ellos.

–Pues, he de confesar que ya no me acordaba.

–Y, en agosto de 1794 las Juntas Generales de Guipúzcoa se reunieron en el precioso pueblo costero de Guetaria, encuentro que sirvió para declarar la separación del reino de España y la lealtad a Francia.

–Vamos, que de lejos viene el separatismo...

–Pero los representantes de la Convención Nacional francesa no aceptaron las demandas de los guipuzcoanos, pues ya estaban en marcha las negociaciones para la Paz o Tratado de Basilea.

–Vaya, no les salió nada bien la jugada a los guipuzcoanos.

–Pues, no, porque dichos representantes fueron encarcelados y exiliados a Bayona. Y dadas las circunstancias, en Mondragón se celebró otra asamblea en la que ya se decidió apoyar a la corona española.

–Si es que…, cuando las barbas del vecino veas mojar…

–Como las ideas de la Revolución francesa llegaron a España y fueron cuajando entre los ilustrados, a los que llamaban “afrancesados”, al final el Tratado de Basilea culminó en el de Fontaineblau, en octubre 1807.

–Tratado por el que Napoleón quiso engañar a Godoy, a la sazón secretario de Estado, pidiéndole permiso para atravesar España con sus tropas y ocupar Portugal. A partir de aquí, la zona del Algarbe se consideraría Principado y pondría a Godoy de príncipe.

–Y se le pusieron los ojos como chiribitas. Me lo imagino a Godoy.

–Son a partir de este momento los sucesos por los que habíamos comenzado la conversación: la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas. ¿Te acuerdas de cuando lo estudiamos en el colegio?

–Claro que me acuerdo, aunque reconozco que los años no pasan en balde y las cosas se olvidan, amigo mío.

–Por eso es muy importante leer, leer y leer, y no perder jamás la inquietud por aprender.

–Brindo por ello. ¡Oscar!, otros dos cafés, por favor; pero esta vez, con hielo.

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