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Ante la LOMLOE, respeto a la comunidad educativa

Nuestro malestar por la improvisada, frívola e irresponsable forma con la que se está implantando la nueva ley

El artículo que se reproduce ha sido escrito por un grupo de profesores disconformes con cómo se está implantando la reforma educativa en Asturias. La iniciativa ha consistido en una recogida de firmas, que han apoyado más de 380 profesores y que refleja, junto a las movilizaciones sindicales, el malestar que hay en las aulas con la LOMLOE. Los institutos que han apoyado la campaña son: El Piles, Virgen de Covadonga, Llanes, Jovellanos, Luarca, Menéndez Pidal, Carreño Miranda, Emilio Alarcos, El Batán, Santa Bárbara, Aramo, La Laboral, Sánchez Lastra, Montevil, Número 1, Emilio Alarcos y Astures. 


Los firmantes queremos manifestar nuestro profundo malestar y rechazo por la forma improvisada, frívola e irresponsable con la que se está llevando a cabo la implantación de la LOMLOE, una ley que nace y se desarrolla ninguneando la labor de los profesores y profesoras, y perjudicando, en consecuencia, a los estudiantes y a sus familias, que no saben a qué atenerse ante un futuro educativo incierto.

Vienen siendo prácticas usuales por parte de las administraciones educativas, y en particular, por parte de la Consejería de Educación de Asturias, informar antes a la prensa que, a los equipos directivos y a los claustros de profesores de decisiones importantes que atañen a la enseñanza, o cambiar los criterios educativos a mitad del curso escolar, por no mencionar la publicación con retraso de los currículos de las materias, que, a fin de cuentas, son prácticamente similares al decreto.

Esto es una falta de respeto hacia toda la comunidad educativa de esta región. Una falta de respeto reiterada a la que nadie parece ser capaz de ponerle fin.

Hace tiempo que la realidad cotidiana de las aulas ya no interesa. Da igual que los alumnos y las alumnas aprendan o no, o que salgan bien preparados para competir en igualdad de condiciones con otros estudiantes. En su lugar se ha primado el papeleo absurdo y se nos ha inundado a los profesores con tareas administrativas inútiles y farragosas sobre las que se ejerce una supervisión desproporcionada por encima de lo que ocurra o deje de ocurrir en el día a día de las clases.

Y buen ejemplo de ello es lo que está ocurriendo con esta nueva ley. Hasta tal punto la administración educativa asturiana está cegada porque las programaciones docentes presenten un diseño "bonito" y perfecto donde se vierta la nueva normativa (en tiempo récord, obviando la realidad de las aulas), que han ofertado improvisados cursos de formación para el profesorado con ese objetivo concreto. Mal vamos cuando la redacción de la LOMLOE necesita ser "traducida". Esto solo demuestra que se trata de una ley indigerible hasta para quienes la han redactado.

Profesores y profesoras comprobamos con desánimo, una vez más, que no se ha hecho un diagnóstico serio de los problemas reales que la enseñanza pública lleva arrastrando tiempo atrás, problemas de calado que afectan a las ratios de alumnos, a la convivencia en los centros, a los recursos, a la formación (pero seria y rigurosa) del profesorado... y que, una vez más, se ha lanzado al aire una ley demagógica que no ofrece soluciones realistas para solventar esta situación, una ley que no viene acompañada de una memoria económica que la avale.

Llegados hasta este extremo, pedimos que se paralice esta "carrera" insensata para desarrollar la LOMLOE y que, mientras tanto, nos dejen trabajar en paz y que no nos distraigan de nuestro cometido principal: enseñar. Y cuando quieran hacer una ley educativa honesta, seria y con verdadera proyección de futuro, vengan a pasar un curso completo con nosotros, a pie de aula. Vengan quienes nunca han pisado una y vuelvan quienes hace tiempo se han marchado.

Escuchen a los equipos directivos, conozcan la convivencia de los centros de enseñanza, hablen con los tutores y tutoras, con las familias, con los estudiantes, pidan, en fin, nuestra opinión y nuestro consejo y encaren ese diagnóstico realista con el que comenzar a mejorar la educación de este país.

Nosotros sí estamos preocupados por nuestros alumnos y alumnas y porque la escuela pública sea una escuela de calidad y se frene el deterioro al que ya, hace tiempo, está siendo sometida.

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