Es una pena que se haya muerto Hans Magnus Enzensberger, pues el vigor, gracia, honradez y heterodoxia de la que creo sea su última obra, unas memorias de peculiar hechura y desenfado, a las que bajando el tono titula "Un puñado de anécdotas" (2018, en España 2021), da cuenta de una mente que aún andaba lejos de la caducidad. Lo suyo ha sido siempre salirse del nicho del género y contaminarlo todo de su punto de vista irónico. Textos de rótulo tan humilde como "Migajas políticas" (1982) deberían ser obligatorios en las escuelas de los partidos, la crítica de la sociedad "actual" hace un tercio de siglo de "Mediocridad y delirio" (1988) mantiene vigencia, semblanzas como "Hammertstein o el tesón" explican de forma oblicua la naturaleza del nazismo, pero lo más importante es que enseñaba al lector a ver y pensar el mundo de otro modo. Con 93 cumplidos, seguía siendo el más joven.
