Ribadesella,

R. DÍAZ / B. MORÁN

Arra sigue en el olvido. El pedral riosellano, situado entre las localidades de Collera y Meluerda, lleva ya cuatro años cerrado al público, debido a un derrumbe que afectó a la senda de acceso. La Administración pública, tras varios anuncios de reapertura, ha reconocido su incapacidad para hallar una solución viable que permita habilitar un nuevo acceso a la playa. Los usuarios de esta cala, mientras tanto, se lamentan de una situación que les ha impedido utilizarla durante los cuatro últimos veranos.

El acceso al pedral de Arra está oficialmente cerrado, pero algunos excursionistas y pescadores se saltan a menudo la prohibición y, aun a riesgo de sus vidas, se atreven a bajar hasta la playa. El descenso es complicado: la escalera por la que se accedía al pedral quedó completamente destruida en abril de 2006, debido a un argayu. La Demarcación de Costas, tras un intenso análisis técnico de la zona, anunciaba el pasado mes de enero que su primitiva idea de habilitar un acceso provisional era «inviable». Resultaba demasiado peligroso abrir la playa al público. El anuncio supuso un varapalo para los intereses turísticos del concejo, ya que el pedral constituye un paraje singular de gran valor geológico.

No en vano un grupo de geólogos de la Universidad de Oviedo aseguraba hace sólo unos meses que el pedral de Arra es un punto geológico de relevancia mundial, y que su estudio resulta «clave» para comprender el origen de Asturias y de la cordillera Cantábrica. Arra es protagonista principal de un proyecto de investigación que un grupo de quince especialistas está desarrollando para desvelar las formaciones kársticas del Jurásico asturiano, entre Gijón y Ribadesella. Los geólogos aseguran que Arra explica la evolución de la falla de Ribadesella, una fractura de casi diez kilómetros de longitud que surgió hace 33 millones de años y que atraviesa todo el concejo. Ahí comenzó la historia del peculiar paisaje montañoso asturiano actual.

Costas defiende que las peculiaridades del terreno por el que discurría el antiguo acceso a Arra, blando e inestable, impiden ejecutar una obra que garantice los requisitos mínimos de seguridad. La Demarcación pretende ahora realizar un estudio geotécnico, en el que se analizarán las diferentes opciones para habilitar un acceso definitivo y seguro a Arra.