Agosto será un mes clave para encontrar a João Marinho, montañero portugués desaparecido hace 228 días en el macizo occidental de los Picos de Europa. Al menos eso sostiene Pablo Villabrille Sampedro, alférez jefe de la sección de montaña de Cangas de Onís.
El montañero portugués dejó su coche el pasado 4 de noviembre en Posada de Valdeón y subió a los Lagos por Vega de Ario, según se deduce de algunos testigos y de las señales emitidas por su teléfono. La última vez que se le vio fue ese mismo día en el refugio del Enol. Desde entonces nada se sabe de su paradero, a pesar de que en la búsqueda participó activamente miembros del GREIM, a los que se sumaron miembros de la Guardia Nacional Republicana portuguesa (GNR), unidades caninas e incluso drones.
Una de las hipótesis más aceptadas por el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) es que en esa tarde-noche intentó volver a Caín -un recorrido a más de 2.000 metros de altura que requiere al menos ocho horas de caminata- y que el temporal pudo sorprenderle a la altura del Jou Santo, Jou de los Asturianos o La Forcadona.
"Si se encuentra en zonas altas hay esperanza de que en agosto o septiembre, con el deshielo, se encuentren pistas, por eso pedimos a la familia que esperen y quemen los últimos cartuchos entonces", afirmó el alférez jefe. Y es que los parientes de João Marinho acuden con frecuencia acompañados por montañeros portugueses para peinar la zona. También se interesaran por el desarrollo de pruebas como la Travesera integral Picos de Europa, cuyos participantes precisamente hicieron el recorrido que se sospecha siguió Marinho, para ver si arrojan algo de luz al caso.
Otra hipótesis es que el joven, de 31 años y amante de los deportes de aventura , se desorientara o se precipitara por algún agujero de la abrupta geografía caliza de los Picos, en cuyo caso las posibilidades de encontrarlo disminuyen drásticamente. Durante estos siete meses, el GREIM de Cangas de Onís realizó periódicamente búsquedas aprovechando los entrenamientos técnicos. Cada dos semanas echan además un ojo por las zonas más recónditas con ayuda del helicóptero. "Ya buscamos por todos los sitios lógicos y ahora hay que ir a recorridos ilógicos. Como en verano suben más de un millar de aficionados a los Picos es posible que alguien ajeno a la búsqueda encuentre pistas", contó Villabrille.
El Parque Nacional de los Picos de Europa registra en verano un elevado número de visitantes que no siempre son conscientes de los peligros que entrañan estas montañas, en las que ya se han registrado varias desapariciones. Una de las más sonadas fue la del pequeño Germán Quintana en junio de 1987. Por eso, el GREIM recomienda extremar las precauciones a la hora de echarse al monte. "Salvo montañeros expertos, y estos tampoco deberían, no se deben hacer actividades en solitario", apuntó Villabrille. Dejar dicha qué actividad se va a realizar o llevar medios de comunicación son otros de sus consejos. A estos se suma la advertencia de ir siempre con los horarios previstos.
"Hay que dejar de un par de horas o tres de horas de luz para tener margen si ocurre un imprevisto y poner en prealerta a los servicios de socorro", explicó el alférez. " Mucha gente lee por internet que la ruta lleva ocho horas pero sus condiciones físicas o meteorológicas pueden alargar el tiempo estimado y hacer que se les caiga la noche encima", advirtió. Llevar ropa de abrigo, agua en abundancia y comida suficiente son otros de los consejos esenciales. "Muchos de los deportistas cometen el error de llevar sólo alguna barrita energética para ir ligeros de peso y al límite. El 90 por ciento son gente de fuera, que se mueve en un terreno de aventura que no controla y debe llevar más material aunque conlleve cargar más peso", advirtió.
