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Vitorín Fernández, camarero de altura

Personajes de Cangas de Onís

Vitorín Fernández, camarero de altura

El joven, de 23 años, ha ganado esta temporada los campeonatos de Asturias de carreras por la montaña y ultra trail

Lleva algo más de un lustro trabajando de camarero en Cangas de Onís, pero lo que en realidad le apasiona es el mundo de la montaña. Este año se hizo con el campeonato de Asturias de carreras por montaña (42 kilómetros), en categoría absoluta; y con el de Asturias ultra trail (85 kilómetros). Le faltó para completar la "triple corona" ganar el Campeonato de Asturias del kilómetro vertical, pues quedó quinto. Víctor Fernández Díez, "Vitorín", cuenta 23 años y nació en el barrio de El Lleráu, aunque se crió en Bada (Parres), en el paraje de El Charcón, donde pasaba con sus abuelos maternos las vacaciones en su etapa escolar y muchos fines de semana. Cursó estudios en el colegio Reconquista y en el Instituto Rey Pelayo, aunque abandonó los libros en primero de Bachillerato.

Con 18 años se introdujo en el mercado laboral. Su primer contrato se lo ofreció Juan Cayarga, en la sidrería que regentaba entonces en el parque municipal. "No sabía ni poner un café. Recuerdo que mi primer día de trabajo, que era 1 de julio, aquello estaba de bote en bote", explica Vitorín. Poco a poco fue cogiendo puntos y haciéndose a la profesión. Tras la temporada de verano, se decantó por preparar oposiciones a la Guardia Civil, en una academia ovetense.

Sin embargo, al poco tiempo, recibió otra propuesta, del empresario Antón Puente, para prestar servicios en un establecimiento hotelero de Cangas de Onís, como recepcionista y camarero, puesto en el que aún continúa, ahora con Luis González como responsable del negocio. Atrás quedaban sus escarceos en el mundillo del fútbol, tanto en la Escuela de Fútbol de Mareo en Cangas como en las categorías inferiores del Cánicas AC.

Polifacético deportista, también probó en el atletismo, tras meterle el "gusanillo" Toni Fernández, presidente del Cangas de Onís Atletismo, llegando a ganar el Campeonato de Asturias juvenil de 10.000 metros, en Langreo, teniendo de entrenador a Milio Prada. "Tenía 16 años y aunque no me pusieron ningún impedimento para correr, después no me quisieron dar el título porque, decían, no había categoría para gente tan joven", matiza. Aún así, ese mismo año 2006, ganaba la "San Silvestre" riosellana en categoría juvenil.

Más tarde se metió de lleno entre bicicletas de carretera y de montaña. Fue subcampeón de Asturias junior. De seguido, lo simultaneó con las carreras de duatlón, cosechando el subcampeonato de Asturias de duatlón de carretera junior, y un cuarto puesto en el Nacional.

Sin seguir una rutina de entrenamientos "Salía un día a correr y los tres siguientes no", matiza-, cuando tenía 18 años, debutó en la media maratón "Ruta de la Reconquista" por una apuesta con Valentín Pedregal: una ronda de cervezas si bajaba de 1 hora 19 minutos. Empleó 1 hora, 18 minutos y 20 segundos, imponiéndose en categoría sub-23 y finalizando decimoctavo en la general. Una serie de lesiones le obligaron a tomarse un año sabático. Regresó a las carreras, en este caso por montaña, gracias a José Pallarés y Valentín Pedregal. En su primera participación en la Xtreme Lagos de Covadonga (42,8 km.) ganó en categoría sub-23, siendo el primer asturiano en la general -noveno- con 5 horas y 5 minutos. En septiembre del mismo 2012 fue subcampeón de Asturias sub-23 de cross y de los 3.000 metros, lo que le llevó a la selección asturiana sub-23, que acudió al Nacional.

En 2013, venció en el campeonato de Asturias sub-23 de carreras por montaña; además, en la Xtreme "Lagos de Covadonga", volvió a triunfar en categoría sub-23 y ser el primer asturiano en meta -cuarto absoluto-. En 2014, con el equipo Land Team ganó la Copa Asturias absoluta y sub-23 de carreras por montaña, recibiendo la llamada de la selección asturiana para el Campeonato de España. Una vez más, las lesiones volvieron a cebarse en él.

Este año selló la mejor temporada de su corta, pero intensa, trayectoria: doble título de campeón de Asturias; segundo en la general en la ultra trail "Picos de Europa", y segundo absoluto en la Subida al Picu Pienzu. Uno de sus objetivos es La Travesera, una de las carreras más prestigiosas de cuantas se desarrollan en Asturias. "Soy muy joven. Va en contra de lo que puedo rendir ahora mismo", explica.

Por si fuera poco, también le encanta escalar, actividad que aprendió con Juan Ramón Cabo, en la Escuela Deportiva de Cangas, junto a otros chavales como Miguel Roxán, Antonio Carrio o Ramón Villarroel. Su ilusión, en un futuro inmediato, es preparar oposiciones para las Fuerzas Armadas, pues sueña con pertenecer a la Compañía de Esquiadores Escaladores de la Jefatura de Tropas de Montaña, con base en Jaca. "Profesión que encaja conmigo perfectamente", asegura.

Entre tanto, aún le resta tiempo para ejercer de montero en algunas partidas cinegéticas al jabalí que tienen lugar por el coto gestionado por la Sociedad La Parraguesa de Caza, o bien en el coto de Amieva. Empezó a salir con un perro grifón que le regaló "Manolín Soleyera", al que se sumó otro sabueso que también le dio Braulio, el guarda de Amieva. Lleva cinco años en esa faceta, de carácter altruista, acompañando sobremanera a la cuadrilla de un primo de su madre "Lolo" Meré. En fin, Vitorín no dispone de tiempo para aburrirse.

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