El Casino de Llanes, uno de los edificios más representativos de la villa de Posada Herrera, se cae, literalmente, a trozos. El edificio, de corte modernista y diseñado por el arquitecto Juan Álvarez Mendoza, centro neurálgico de la cultura local durante buena parte del siglo XX, no pasa por su mejor momento. Grietas, boquetes en las paredes, dependencias en la primera planta con el techo destrozado, donde incluso llueve en su interior y donde las ventanas no se pueden cerrar, muebles antiguos a la intemperie, canalones rotos que hacen que el agua caiga sobre cuadros de luz o mármoles tallados que forran los radiadores y lámparas, que han desaparecido. Ese es ahora mismo el desolador panorama de este edificio en el que hace tiempo que no se invierte ni un euro en su mantenimiento. Los integrantes de la histórica sociedad Casino de Llanes, poseedores del usufructo de la primera planta del edificio, muestran su preocupación por la situación de las instalaciones. Creen que algunas de las actividades que se llevan a cabo en este lugar, en las condiciones en que se desarrollan, degradan aún más las condiciones del Casino. Por ello han presentado diferentes quejas en el Consistorio para que el equipo de gobierno sea conocedor de la delicada situación por la que pasa en estos momentos el edificio. Aún no han recibido respuesta alguna.
Los lunes, miércoles y jueves unas sesenta personas toman parte en la primera planta del Casino de Llanes, en las actividades programadas por el grupo municipal de teatro de Llanes y en un taller de taichí. "Dan unos saltos tremendos que hacen que el techo de la primera planta tiemble", indica Ramón Llada, responsable del bar del Casino. Como consecuencia de estos golpes se ha generado un inmenso boquete en el salón, dañándose parte de los frescos pintados en el techo por el pintor llanisco Vicente Sobero. Los golpes, en ocasiones, son de tal intensidad que incluso hacen que se fundan las bombillas de las lámparas del salón del Casino o que salten los automáticos.
"No nos metemos con las actividades que aquí tienen lugar, pues tienen permiso del Ayuntamiento, solo pedimos que sean respetables con la situación actual del edificio", señala Jesús Álvarez, presidente de la sociedad llanisca. Llada ha detectado hace unos días una grieta en la pared del pasillo de la planta baja que conecta el bar con el salón. "Algún día va a caer parte de la pared o del techo encima de alguien", indica. La intensidad de los golpes que según los miembros de la sociedad Casino de Llanes se dan en las clases de teatro y de taichí ha hecho que hayan tenido que llamar a la Policía Local y que se produzcan enfrentamientos entre algunas los socios de Casino y personas que toman parte en estas actividades. "Hemos llamado dos veces en las últimas dos semanas a los policías municipales para que les llamen a atención", señala Llada. "Parece que esto es un polideportivo en vez de un centro cultural por los golpes que se oyen y los saltos que dan. Cualquier día va a caer una de las lámparas encima de alguien", indicó ayer uno de los socios.
Jesús Álvarez lleva tiempo alertando, sin éxito, a diferentes corporaciones llaniscas (antes el PSOE, ahora el cuatripartito), del mal estado del Casino. Son los miembros de esta sociedad los únicos que acometen tareas de mantenimiento en el edificio, dentro de sus posibilidades. "Hemos arreglado muebles antiguos y colocado lámparas", indicó Álvarez, quien hace diez días hizo llegar al regidor llanisco, Enrique Riestra, un escrito acompañado de material fotográfico en el que se detallan los desperfectos que presenta el edificio.