Como una "buscadora de familiares y parientes". Así se defiJosefina Simón del Dago, un ama de casa de Coraín (Cangas de Onís) que desde hace más de seis años ayuda desinteresadamente a encontrar sus raíces a todos los vecinos que se lo requieren.

Su afición por buscar las huellas de antepasados, muchos de ellos emigrados a América, llegó de forma casual tras un viaje a Buenos Aires (Argentina) para conocer a la hermana de su padre. El largo vuelo en avión para cruzar el charco le generó tales molestias en los oídos que se vio obligada a recurrir a un otorrino. En la consulta, la especialista le explicó con pesar que descendía de españoles, pero que poco sabía más allá de que su abuela llegó a Buenos Aires siendo su padre un bebé. Ya de vuelta en Asturias, y con una copia de los papeles de embarque como única pista, Del Dago investigó el apellido familiar y, tras muchas llamadas y un impecable repaso a varias partidas de nacimiento, dio en Villanueva de Oscos con algunos primos de la doctora, a la que alojó en su casa de Coraín para que pudiera conocerlos.

Su fama de "buscadora de parientes" corrió como la pólvora y pronto un matrimonio argentino recurrió a ella para buscar los orígenes de la mujer, que encontró en un pueblo de Nava. "Les acompañé a la casa en la que nació su bisabuela. Cogieron una piedra de recuerdo. Fue muy emocionante y ahora vuelven cada año", afirmó Del Dago, que ha perdido la cuenta de todas las familias a las que ha ayudado.

"Me paso muchas tardes en el ordenador, asistiendo a la gente que me lo pide de Cuba, o de Miami, a través de foros como el de pueblecitos.com", explica la canguesa. "Es un entretenimiento gratificante, que engancha, pero no es nada fácil porque mucha gente se cambiaba el nombre, por ejemplo, para evadir la mili, y tengo encargos de fuera de Asturias", concluye.