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Infiesto recupera la calma tras el temor a que se cayera un edificio: "fue un susto"

La puerta que cedió en el bar Tenis y que obligó a su desalojo "no tuvo nada que ver con la obra en la finca colindante ni afectó a la estructura"

Un operario, ayer, estabilizando el cargadero de la puerta. M.M.

El bar Tenis de Infiesto recuperó ayer la rutina después de que el jueves fuera desalojado porque cedió el cargadero de la fachada encima de la puerta de entrada. En principio se achacó a la construcción de un edificio en la finca colidante, pero Joaquín Tascón, uno de los promotores, lo desmiente. "Dobló la puerta, pero no tuvo nada que ver con la obra ni afectó al edificio. Fue un daño menor en el ventanal", aseguró.

Por fortuna, todo quedó en un susto y resultó ser una falsa alarma, pero, por precaución, hasta pasadas las once de la noche, supervisaron la situación la Policía Local, bomberos y los técnicos municipales.

El alcalde, Iván Allende, que también estuvo pendiente, destacó ayer que todo había quedado en "un susto".

Mónica Espina reconocía que habían retomado la "normalidad" y abrieron a las 7,30, como cada día. "Vimos que la puerta de entrada estaba doblada", fue lo que les alertó. Como el edificio no está habitado, por precaución, la Policía sólo desalojó el bar.

"Fue un susto porque no sabes lo que puede ser", admite Mónica Espina. Pero luego la situación se estabilizó y la puerta ya cierra bien.

Avelino Luis y José Luis Álvarez, dos de los clientes que estaban en el momento que hubo que desalojar el bar, regresaron con normalidad ayer por la mañana. El primero lamenta, entre risas y bromas, que no pudo terminar su cerveza y el segundo destaca que fue más el revuelo que se montó que lo ocurrido realmente. "Echáronnos fuera, que había que desalojar, pero fue más la pila de gente que vino despúes", rememora Álvarez.

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