Aparcamientos repletos de coches, aglomeraciones para entrar a la villa por el principal acceso a través de la calle Pidal, restaurantes donde hay colas para comer y cenar y hoteles con el cartel de lleno desde hace semanas. Ese es el ambiente que se respira estos días en la villa de Llanes con motivo de la semana más concurrida del año en lo que al turismo y la llegada masiva de visitantes se refiere.
Las famosas fiestas del bando de San Roque, declaradas de interés turístico nacional, son, sin lugar a dudas, el motor festivo de estos días estando la siempre viva, flor típica del bando, y las banderas referencia de la celebración expuestas en innumerables balcones así como decorando las calles del centro de la capital del concejo entre la plaza Parres Sobrino y Nemesio Sobrino. Fiesta y verano se dan la mano en Llanes en los días del año más esperados para hosteleros, comerciantes y todas aquellas las personas que disfrutan de unos días de asueto.
Las terrazas repletas de gente al mediodía y entrada la tarde así como la imagen de turistas entrando y saliendo de hoteles con maletas se repite estos días en la inmensa mayoría de los establecimientos, sin olvidar el lleno en las playas gracias al buen tiempo que por fin ha llegado. En Llanes es prácticamente imposible encontrar un sitio para pernoctar desde hace días. "Es la semana clave del verano y del año", asegura el presidente de la Asociación Fomento del Turismo de Llanes (Fomtur), Ángel Bada. "Es difícil que la ocupación falle en la mayoría de los establecimientos del municipio en estas fechas. Hay gente que reservó con mucha antelación y otros que esperan hasta última hora y se arriesgan a no encontrar lo que buscan", avisa el empresario llanisco.
Los teléfonos de las recepciones de los hoteles echan humo. El perfil del turista, como en años pasados, está dominado por el visitante llegado del centro y sur de la Península donde el calor aprieta con fuerza. "Hasta el domingo la ocupación será muy buena y luego esperamos seguir trabajando bien", señaló Bada.
El paseo San Pedro y las terrazas y sidrerías del casco antiguo y de la zona del puerto son un hervidero de gente. Los madrileños Juani Alonso y Gabi Rodríguez paseaban ayer por Llanes antes de poner rumbo de vuelta a la capital tras intentar alargar la estancia unos días más sin éxito. "Venimos con nuestros hijos y nos ha sido imposible encontrar lo que buscábamos para alojarnos", dijo Rodríguez. La pareja busca sobre todo tres cosas: comer bien, tranquilidad y naturaleza. "Comer y naturaleza aquí se consigue de manera fácil. Aunque tranquilidad es un poco más difícil estos días", relató la pareja.
En la caseta del bando de San Roque ubicada en la calle Mercaderes, a medio camino entre la plaza Parres Sobrino y la capilla del santo, la actividad es frenética de la mañana a la noche, tal y como cuenta su presidente, Javier Abello. "La lotería y todo lo que lleve siempre vivas así como las banderas se vende muy bien", dijo. Una treintena de personas trabajan a destajo estos días para que todo salga a pedir de boca y la principal fiesta de agosto en el concejo brille como es habitual.
