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Un amor que traspasa fronteras en Piloña

La canadiense con raíces asturianas Carolina Martínez se casa en Rubianes, entre gaitas y sidra, con un cirujano americano

Chris Vining y Carolina Martínez, el día de su boda, en el Palacio de Rubianes (Piloña). C. C.

Cuando el cirujano Chris Vining le propuso hace meses matrimonio a Carolina Martínez, ella no tuvo ninguna duda de que el enlace se celebraría en Asturias, pese a que él es americano y ella nació en Canadá.

El vínculo con la "tierrina" le viene a la novia desde bien pequeña por mediación de su padre, Benjamín Martínez, quien nació en 1953 en Belmonte de Miranda. El progenitor se trasladó a Venezuela con sólo 10 años porque allí vivían sus padres, emigrantes, y más tarde cruzó a Canadá a labrarse un porvenir junto a su hermana Tina, pero nunca perdió el vínculo con Asturias, una comunidad de la que se confiesa completamente enamorado.

Pese a que Benjamín se labró una buena reputación en los negocios de restauración hasta su reciente jubilación en Toronto, jamás quiso olvidar sus raíces, regresando de vacaciones al Principado prácticamente cada verano. Prueba de su flechazo con el Principado es que forma parte del Club Asturiano de Toronto, la ciudad más visitada de Canadá pese a no ser la capital. Por eso, los paisajes naturales, las leyendas, las costumbres y la gastronomía del Principado poblaron las historias que desde bien joven escuchaba con interés Carolina, quien en la actualidad trabaja en el área de recursos humanos.

La joven, residente en Filadelfia, eligió el palacio de Rubianes, en el concejo de Piloña, para el enlace, celebrado este fin de semana y al que acudieron ciento cinco invitados provenientes de California, Canadá, Texas y Corea del Sur. Muchos se alojaron en las casas rurales de Caserías de Sorribas. Todos dieron buena cuenta de platos típicos como el solomillo de ternera asturiana, quesos de la zona como el cabrales, sidra, fabada y bogavante del Cantábrico. Lo hicieron al son que marcaba una gaita típicamente asturiana. El toque canadiense lo puso una lectura de discursos. El hermano de Carolina, Benjamín, que vive en Oviedo, ayudó en la elección del menú y demás detalles de la boda.

El vestido de la novia, diseñado por Grace Loves Lace, ajustado y con un pronunciado escote en la espalda, llamó la atención por su belleza y fue muy aplaudido por los invitados a la ceremonia íntima.

Tanto la pareja como algunos de los invitados aprovecharon la estancia en Asturias para hacer turismo por la zona unos días antes de la boda. En el caso de Vining y Martínez, el matrimonio se decantó por practicar senderismo en Caravia, pasear a caballo, jugar al golf y visitar Covadonga en el año en el que se conmemoran centenarios como el de la coronación canónica de la Santina y los trece siglos del inicio de la formación del reino de Asturias. En el recorrido también hubo tiempo para parar en los Lagos de Covadonga, en pleno corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa.

El balance no pudo ser más positivo para los recién casados, que estos días se encuentran disfrutando de unos días de descanso en San Sebastián. "Fue muy bonito y emotivo porque pudo asistir mi padre y mis dos hermanos también estuvieron en la boda", resaltó la novia.

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