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José Manuel Rodríguez: "Sería un error derribar la plaza de abastos riosellana"

El historiador señala el edificio como una de las obras racionalistas más importantes de Asturias

José Manuel Rodríguez, delante de la plaza de Ribadesella. C. M.

"Al ser una de las obras racionalistas más importantes de Asturias, sería conveniente que el Ayuntamiento de Ribadesella considerase debidamente el proyecto de derribo y lo mantuviese en pie, por su gran interés arquitectónico". José Manuel Rodríguez, licenciado en Geografía e Historia, ha dedicado parte de su vida al estudio y la investigación de la arquitectura de Asturias durante los siglos XIX y XX y, desde su punto de vista como investigador, considera que derribar la plaza de abastos de Ribadesella sería "un error", ya que califica al edificio como "una gran obra de ingeniería" y cree que es una pieza fundamental para "conocer la historia arquitectónica de la villa".

La plaza de abastos de Ribadesella es obra del arquitecto Manuel García Rodríguez y se construyó en los años 30 del siglo pasado en un suelo cedido en su momento al Ayuntamiento por parte del Principado en una concesión que ha terminado este mismo año. Así, este edificio es el segundo mercado de Asturias que se construyó con una estructura de hormigón armado, después del de Pola de Siero. Según cuenta Rodríguez, el edifico está considerado "como una de las obras racionalistas más importantes de Asturias". De él, Rodríguez destaca especialmente el espacio cubierto rectangular con el que fue coronado, que a su entender guarda una gran similitud con otro edificio construido en 1931 en Madrid, el Centro Deportivo "La Isla", en el que García Rodríguez se habría inspirado a la hora de realizar su proyecto.

Para el investigador, acabar con la plaza de abastos sería acabar con un edificio histórico. Y no solo se refiere a su valor arquitectónico, sino a la obra del propio arquitecto, ya que suyo es también el proyecto de otro edificio emblemático de la villa como es la rula, la cual proyectó en 1933, más o menos a la vez que el mercado, o los de las escuelas de núcleos rurales como Cuerres, Tereñes o Camangu. Se da la circunstancia además de que Manuel García Rodríguez no era un arquitecto cualquiera, sino que fue el segundo arquitecto municipal riosellano, nombrado para el cargo en 1932.

Por todo esto, Rodríguez pide al Ayuntamiento que reconsidere la opción de derribar el edificio. Una posibilidad que llevaba tiempo en el aire pero que en los últimos meses ha generado mucho debate en el concejo tras la presentación del proyecto de ordenación del Campu les Rolles, donde se ubica el mercado y donde desde el consistorio se planteó la posibilidad de convertirlo en una zona de ocio incluso con un auditorio. Desde entonces, se han alzado voces tanto a favor como en contra del derribo de la plaza de abastos.

Además, se da la circunstancia de que también en los últimos meses el edificio ha entrado a formar parte del registro de la Fundación Docomomo Ibérico, cuya labor es la protección, el reconocimiento y la conservación de los edificios más representativos del movimiento moderno.

En cuanto a las opciones, según hizo público la alcaldesa riosellana, Charo Fernández Román, el informe que se encargó para conocer el estado estructural del edificio cifra la cantidad que habría que invertir para poder darle un uso en 700.000 euros y, según lo que ha hecho público la alcaldesa basándose en ese mismo documento, ese dinero serviría para que el edificio pudiera albergar a unas 500 personas de pie, por lo que no se podría utilizar para grandes concentraciones de público.

Una opinión más, en este caso la de un historiador e investigador, que se une a la lista de gente que en este último año ha querido hablar de las opciones que hay para la plaza de abastos riosellana, cuyo futuro es aún incierto.

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