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El cierre del matadero comarcal, un "revés" para cuidar del quebrantahuesos

La Fundación para la conservación de las aves denuncia el incremento de costes al tener que ir a buscar el excedente de carne a Mieres

La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) se suma a las críticas de ganaderos y carniceros por el cierre del matadero comarcal del Oriente, con sede en Margolles, hace un año. "Ha supuesto un revés para nuestro proyecto de conservación del quebrantahuesos en los Picos de Europa", señaló ayer el presidente del colectivo, Gerardo Báguena. El motivo: el macelo -desalojado hace un año a petición de la Mancomunidad de concejos del Oriente de Asturias- les proporcionaba restos excedentarios con las que nutrir el comedero de aves necrófagas inaugurado en 2015 junto al mirador de la Reina, en la parte canguesa del parque nacional de los Picos de Europa.

Con el cierre del matadero comarcal la FCQ ha tenido que buscar un "plan B" para surtir el comedero, que supone un atractivo para muchos visitantes. Así llegaron a un acuerdo con el macelo de Mieres que, pese a ser la opción más cercana, supone triplicar el recorrido y el tiempo empleado para obtener semanalmente patas de rumiantes y otros restos para alimentar a las aves carroñeras.

Si el viaje de Margolles al mirador requería algo más de media hora para recorrer poco más de treinta kilómetros, trasladarse a Mieres equivale a más de una hora para cubrir cien kilómetros más, con el consiguiente incremento de costes. El colectivo tenía previsto además hacer un estudio para cuantificar estadísticamente el ahorro energético y la disminución de emisiones de CO2 que produce la comunidad de carroñeros frente a la incineración artificial de los desperdicios generados en Margolles. Se estima que el 40% del cuerpo de los animales sacrificados para consumo humano no se aprovecha y su incineración artificial conlleva elevados gastos energéticos, de transporte y limpieza. Un trabajo que, según Báguena, puede ser desarrollado de forma más natural y barata por las aves. El presidente de la FCQ resalta que para contar con un modelo cerrado de cooperación eficaz es necesaria la reapertura del macelo. "El comercio de proximidad se resiente porque los animales sufren más con los traslados largos y ese estrés repercute en la calidad del producto final", ejemplifica. La Fundación acaba de presentar en Madrid los primeros resultados sobre los efectos del cambio climático en la población del quebrantahuesos del Pirineo central.

Las clausuradas instalaciones de Margolles fueron construidas por el Principado y entregadas a la Mancomunidad del Oriente, que no las llegó a inscribir como propias. Tras la reforma de la Administración Local varios secretarios municipales alertaron de que el servicio debería ser prestado desde el ámbito privado. La Mancomunidad decidió no renovar el contrato al gerente del macelo, que se negó a abandonar las instalaciones. Hace un año el juzgado clausuró la instalación.

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