Los cuarenta y nueve alumnos del colegio público El Plaganón de Sevares dejaron ayer de lado por unas horas las matemáticas y el inglés para aprender una lección igual de importante: la de salvar vidas. Los encargados de enseñarles cómo aplicar los primeros auxilios y saber actuar en caso de emergencias fue el pediatra del centro de salud de Infiesto, José David Herrero, y la enfermera Cruz Gutiérrez.
Los estudiantes de Sevares se dividieron en dos grupos en función de las edades. Los de infantil, 1.º y 2.º aprendieron a hacer la técnica de reanimación cardiopulmonar (RCP) con ayuda de peluches y de una pegadiza canción en la que se explicaban los pasos básicos a seguir en el caso de que se encuentren con una persona en parada. "A los niños más pequeños les enseñamos a hacer el RCP usando muñecos y lo que buscamos principalmente es que se vayan introduciendo en el tema, que conozcan el teléfono 112 y sepan alertar en caso de que exista un problema o un familiar se encuentre mal y requiera ayuda", explicó Herrero.
Para los mayores, de 3.º curso en adelante, el pediatra empleó un maniquí más profesional e insistió en la necesidad de proteger la zona antes de prestar ninguna ayuda al afectado. Herrero destacó "el gran interés" por parte de los jóvenes "que preguntaron muchas dudas y se interesaron por cómo actuar en caso de atragantamiento".
Los sanitarios del ambulatorio de Infiesto, que hace unas semanas visitaron por primera vez el colegio de Villamayor, defienden la necesidad de que este tipo de formación esté reglada en los centros educativos y sea obligatoria. "Es importante que los menores sepan actuar y que se atrevan porque cuando se produce una parada las probabilidades de supervivencia se multiplican si los testigos prestan ayuda en los primeros minutos del suceso", cuentan. Por eso, su intención es la de dar continuidad anual a los cursos de RCP. "No es una carrera de velocidad, es una carrera de fondo: hay que trabajar para que no se les olviden estos conocimientos y vayan ampliándolos", concluyen.
