"Los asturianos aún no hemos sabido resolver el problema de los residuos", señaló ayer en Covadonga el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano, durante su intervención en el encuentro "Science Meets Regions", en el que se debatió durante dos días sobre la transición hacia una economía circular de la industria de procesos asturiana. El dirigente autonómico defendió la incineración de los deshechos que genera la región, "como se hace en otras comunidades, por ejemplo, Cantabria, Galicia y el País Vasco, y en otros países".
Fernández Fano pintó un negro panorama para Asturias en materia de residuos. Resaltó que Cogersa recoge cada año 385.000 toneladas de la denominada "bolsa negra" (residuos domésticos y comerciales), que se van directamente al vertedero central y sobre los que no se aplica "ningún tratamiento". Resaltó que en 2023 funcionará en Asturias una planta ara expurgar los residuos. Pero aún así quedarán decenas de miles de toneladas que, en su opinión, deberían ser incineradas, "tal y como se hace en otras regiones". Puso como ejemplo a Cantabria, Galicia y el País Vasco, y también a diferentes países europeos, como Alemania.
Fernández Fano defendió la necesidad de conservar, por un lado, la industria regional, y por otro el paisaje y el medio ambiente, propio de parajes como el parque nacional de los Picos de Europa (la mitad de superficie de la región tiene algún tipo de protección). Conjugar ambos objetivos no será fácil, según los augurios de Fernández Fano, quien aseguró que si en Asturias no existe tratamiento previo de los residuos se debe a cuestiones políticas y sociales. Por un lado, resaltó el rechazo social a la incineración, pese a que es un método que cuenta con el aval de la Unión Europea. Por otro, criticó que en el Plan de Residuos de 2017 se exija una valorización química de los residuos, porque en la actualidad esa tecnología "no existe". El Viceconsejero indicó que la "salida lógica y ordenada" para los residuos asturianos es "incinerar". Cree, además, que no habrá otra solución para abordar "un problema social y político inconcluso".
"No hemos tenido ni la capacidad política ni la clarividencia para trasladar a los ciudadanos que esa es la salida ordenada", porque la apertura en 2023 de la planta de separación de residuos de la "bolsa negra" tampoco es en su opinión "la solución definitiva". Criticó que grupos ecologistas y de consumidores hayan criticado la alternativa de la incineración "sin criterio científico ni tecnológico alguno". Pidió superar esta situación "rompiendo con los miedos atávicos de la sociedad".
El encuentro reunió en Covadonga a científicos, empresarios y políticos, que buscaron ideas para impulsar el uso de subproductos y residuos (industriales y urbanos) por la industria de procesos para minimizar el impacto ambiental.
