Los vecinos de la localidad llanisca de Poo llevan seis meses esperando para que les arreglen el semáforo que les permite cruzar de forma segura por la carretera que divide en dos el pueblo, una vía muy transitada por tratarse de una de las entradas a Llanes y que en estos días de Semana Santa registra un incremento notable del tráfico. Por eso, su intención es que, si no se arregla en un corto espacio de tiempo, se movilizarán para pedir soluciones.

Según explican los vecinos, la avería se produjo el 27 de octubre del año pasado a causa del mal tiempo. Algo que no les era ajeno, pues el semáforo en cuestión ya se había estropeado en anteriores ocasiones. Por eso, llamaron al teléfono de emergencias, como acostumbraban a hacer, sin que en esta ocasión nadie acudiera a arreglarlo. Por eso, tras unas semanas de espera se pusieron en contacto con el Principado, desde donde ha acudido un operario sin que de momento haya conseguido repararlo.

Su insistencia para conseguir que el semáforo vuelva a estar operativo, cuentan, se debe al peligro que supone para los vecinos cruzar una vía tan transitada sin dicha ayuda. "Hay gente mayor a la que le cuesta moverse y tiene que cruzar, se está jugando el pellejo", afirma Ramón Martínez, vecino de la localidad que se ha encargado de ponerse en contacto con el Principado para tratar de solucionar un problema que dura ya casi medio año. Pero no solo le preocupa la gente mayor, sino que además al lado de donde se encuentra el semáforo está también la parada del autobús, el punto en el que el transporte escolar recoge y deja a los alumnos. "Los críos del colegio y del instituto también tienen que cruzar por ahí y es un peligro", lamenta Martínez.

Además, el semáforo también se utiliza mucho por los peatones en la temporada estival, ya que gran parte de las casas del pueblo se encuentran al lado sur de la carretera, por lo que para ir a la playa de Poo hay que cruzar la calzada, que en esas fechas registra una gran cantidad de tráfico.

Por todo esto, ese semáforo es tan importante tanto para los vecinos de Poo como para los turistas y visitantes de la localidad, por lo que piden que se arregle en el menor tiempo posible.

De momento, y viendo que al menos un operario del Principado ha acudido a la zona para intentar repararlo, Martínez cuenta que han decidido dar a la Administración un "margen de confianza" para ver si consiguen reparar la avería. Eso sí, en caso de que esta persista sin que se haga nada por garantizar la seguridad de los peatones los habitantes del pueblo no descartan movilizaciones, aunque todavía no tienen clara ni la fecha ni la naturaleza de las mismas.

Este, el de las movilizaciones, sería el último movimiento que contemplan después de seis meses con el semáforo apagado, pues esperan que les den una solución antes de tener que llegar a tal extremo.

Sin embargo, eso no quita el descontento por haber tenido que pasar seis meses sin un elemento de seguridad tan importante en una carretera con tanto tráfico y que atraviesa el pueblo, por lo que es primordial para su día a día.