El sector turístico de la comarca hace un balance "más que positivo" de la ocupación de Semana Santa, que incluso superó las expectativas previstas. Unas vacaciones marcadas en el Oriente por el buen tiempo, mejor incluso de los que anunciaban los pronósticos, lo que favoreció las reservas de última hora que mejoraron los datos de ocupación.
Uno de los concejos que más lluvia de visitantes recibió fue el de Cangas de Onís, donde el 95 por ciento de las plazas hoteleras ofertadas por la Asociación de Empresarios de la Comarca de los Picos de Europa (Incatur) permanecieron cubiertas de jueves a sábado gracias a las reservas de última hora, motivadas en parte por el buen tiempo. "La previsión que manejábamos estaba en torno al 92 por cierto, así que estamos satisfechos al haber mejorado las cifras", explica el presidente de Incatur, Saúl Pascual. El miércoles y el domingo la ocupación rondó el sesenta por ciento en la zona.
Las calles fueron un río constante de gente en Llanes, donde el presidente de la Asociación Llanisca de Restaurantes (Allares), Javier Garaña, no dudó en calificar la Semana Santa de "excelente" en lo que a ocupación se refiere. "La mejor Semana Santa en unos cuantos años, rompió todos los esquemas", apunta Garaña, quien destaca que aunque la comarca tuvo que competir con el turismo de nieve "la gente salió masivamente". En este sentido, el representante de los hosteleros llaniscos apunta a que cada vez se consigue atraer a Llanes a gente de otras regiones más lejanas, como del sur del país, lo que motiva además la creación de un mayor número de plazas hoteleras. "Cada vez somos capaces de alojar a más personas dando calidad", afirma Garaña.
Igualmente satisfechos con los datos registrados están en Ribadesella, donde desde el jueves se registró "casi un cien por cien de ocupación". Por eso, el presidente de la Asociación Riosellana de Turismo Rural (Aritur), Sabino Martínez, califica la Semana Santa de "grandiosa". "La gente va a donde le dan calidad", apunta. Destaca como factor clave para obtener estos buenos datos el buen tiempo vivido durante los días de fiesta, si bien carga contra las previsiones de los días antes, que no invitaban al optimismo. "Hubo anulaciones por las malas previsiones, pero se cubrieron sin problema porque la gente de las comunidades próximas hizo reservas incluso en el mismo día", cuenta el representante de Aritur.
Desde la Asociación Piloñesa de Turismo Rural (Aspitur) también hicieron ayer un "balance positivo" de la Semana Santa en Piloña, cuando la ocupación superó el 85 por ciento en el municipio, unas cifras ligeramente superiores a las de 2018. "La meteorología fue determinante, ya que al ser más benigna respecto a lo pronosticado inicialmente se registraron reservas de última hora", explica el presidente del colectivo, Gustavo Sánchez.
En Parres, la Asociación de Hostelería y Turismo (Hotupa) califica de "impresionante" la ocupación en el festivo. "Hubo muchísimo más de lo que esperábamos. Ayudó muchísimo el tiempo", indica el presidente del ente, Gigel Ciubotariu. Para mejorar de cara a futuras vacaciones destaca la necesidad de habilitar nuevas plazas de aparcamiento en Arriondas.
Por último, en Colunga la Semana Santa dejó buenos datos tanto en los hoteles como en los bares y restaurantes del concejo. "No solo la ocupación en los días de fiesta estuvo cerca del cien por cien, sino que encima con el tiempo tan maravilloso que hizo los negocios de hostelería también trabajaron de forma estupenda"; afirma José Luis Cueli, de la Asociación Colunguesa de Turismo (Acotur). Para Cueli, la clave sería seguir atrayendo gente al menos los fines de semana hasta el verano, ya que afirma que el objetivo del sector en la comarca sigue siendo la tan ansiada desestacionalización.
