Los alumnos del Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís tuvieron ayer la oportunidad de salir de la vía láctea y explorar otras galaxias sin moverse del aula. La experiencia fue posible gracias a la visita del astrofísico naveto Simón Díaz, que conectó en remoto con un telescopio profesional ubicado en Cerro Tololo (Chile). Además de contemplar en tiempo real pelotas de estrellas y nebulosas, los estudiantes cangueses se interesaron por cuestiones como qué ocurrirá cuando el Sol muera, dentro de aproximadamente 4.500 millones de años. La respuesta que dio Díaz no fue halagueña: cuando agote sus reservas de hidrógeno y enfríe se expandirá, engullendo en su camino a Mercurio, Venus y la Tierra. En lo que sí se mostró esperanzador fue en el futuro de su profesión, a la que animó a sumarse a los jóvenes. "En veinte años habrá una generación de telescopios potentes que permitirán explorar exoplanetas y saber, por ejemplo, si existe vida extraterrestre orgánica", les aseguró el astrofísico, que desarrolla su labor investigadora en Canarias.