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El deporte base suma méritos

Alberto Cua y Ton Díaz, ejemplo de monitores con gran dedicación y saber hacer frente a las adversidades de los clubes modestos de los pueblos

Foto de familia de los deportistas parragueses distinguidos en la gala, en Arriondas. J. M. C.

Algunas veces nos resulta tarea ardua difícil reconocer los méritos que hacen algunas personas en las pequeñas localidades del Oriente del Principado de Asturias. Y hoy, antesala de Reyes, quiero centrarme en dos hombres, ambos parragueses, volcados desde hace un montón de años en la promoción de actividades de índole deportivo en la villa de Arriondas. Cada uno con su marcada personalidad y que han hecho muchísima labor social con las categorías inferiores de sus respectivos clubes, aunque en la mayoría de las ocasiones esa faceta pasase desapercibida.

Uno es Alberto Gutiérrez Cuadriello, máximo responsable del Club Los Rápidos-Jaire Aventura, histórica entidad con más de medio siglo de historia y que paseó el nombre de Arriondas, así como el del concejo de Parres, por infinidad de puntos, tanto fuera de Asturias como lejos de las fronteras del país. Muchos palistas salieron de sus filas, forjados en la "factoría" de El Barcu, en aguas del Sella a su paso por la villa parraguesa, incluso llegando a ser olímpicos como es el caso concreto de Javier Hernanz Agüeria, ahora en las filas de la UCAM de Murcia.

Escribir de Alberto "Cua" es hacerlo de un paisano de los pies a la cabeza, con un tacto especial para sacar lo mejor de niños y niñas que comienzan a dar paladas en aguas selleras soñando con ir subiendo peldaños para, en un futuro, codearse con la flor y la nata del piragüismo nacional e internacional. De la cantera de Los Rápidos han salido cantidad de campeones de España, en diferentes categorías y modalidades; y también vencedores del Descenso Internacional del Sella; sin olvidar subcampeones del Mundo absolutos, el más reciente Pedro Vázquez Llenín.

La labor de captación y formación de Cuadriello es uno de las mejores asignaturas que ofrece el deporte, en general. No es fácil saber llevar a un grupo de chavales, cada cual con su manera de ser y pensar, a infinidad de regatas y pruebas por todo el país, en furgonetas y, finalmente, acaparar medallas y trofeos por su buen hacer. Hace falta mucha mano izquierda, mucha comprensión y, lo más importante, mucha dedicación para conseguir alcanzar los objetivos marcados. Y todo ello con escasos recursos, dado que la piragua sigue estando considerada como deporte minoritario.

Otro de los personajes procede del mundo del fútbol, siempre involucrado en el deporte-base: José Luis Díaz Queipo, al que todos conocen por "Ton", alma máter de la Escuela de Fútbol (EF) del Oriente, camino de dos décadas ejerciendo de todo, desde presidente, pasando por técnico, etc? Y con decenas de críos y crías -ahí está la piloñesa Isina Corte, una de las referentes del Real Oviedo- formados en esa escuela, en la que priman los valores de la educación, formación, respeto y diversión, aprendiendo a competir, antes que los resultados.

Un claro ejemplo de las dificultades para sacar adelante cada temporada en la EF Oriente vienen a ser las facturas a afrontar en concepto de honorarios por arbitraje, pues, en el caso de alevines asciende a la cuantía de 61,82 euros, incluido el kilometraje del colegiado de turno, desde, sin ir más lejos, Llanes a la capital parraguesa. Sin duda, un desembolso muy discriminatorio en comparación con lo que suelen abonar otros clubes del área central de la comunidad autónoma del Principado de Asturias por un partido de esa misma categoría alevín.

Desde hace varias campañas, la Escuela de Fútbol del Oriente siente cómo se le escapa un montón de dinero en arbitrajes y los equilibrios que deben realizar para cubrir los presupuestos. Mientras que cualquier club de Oviedo, Gijón, Avilés o las Cuencas suelen pagar 31,10 euros por un partido de alevines, el club asentado en Arriondas tiene que apechugar con casi el doble de esa cuantía, los famosos kilómetros por desplazamiento. Es injusto e insolidario. Todo por vivir en las alas de la región.

Ton Díaz y Alberto Cua, modelo de monitores deportivos a los que no les atraen los focos mediáticos, se merecen un justo reconocimiento por la gran labor que despachan en sus respectivas disciplinas, además de por su impagable labor social. Sin ese tipo de personas el deporte-base no sería igual. Cada vez resulta más difícil ser profeta en su propia tierra. No lo puedo decir más claro.

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