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JOAQUÍN MONTES | Autor de "La iglesia de Llanes, arte, alegoría y misterio"

"La iglesia de Llanes es desproporcionada para aquel entonces, tiene una gran capacidad"

"Como vecino de la villa he dialogado de verdad con símbolos, imágenes, historia y su significado; la jubilación permite estos trabajos sin prisa"

Joaquín Montes, delante de la iglesia de Llanes. EVA SAN ROMÁN

Joaquín Montes Bardo es madrileño, aunque sus abuelos eran asturianos. Se doctoró en la Universidad de Sevilla en Historia del Arte, su pasión. Ha escrito hasta trece libros y el último lo presentó ayer. Se trata de la obra "La iglesia de Llanes, arte, alegoría y misterio". El templo empezó a construirse en el año 1240.

- ¿Cuándo empieza su curiosidad por la basílica de Llanes ?

-Conocí la iglesia hace 40 años, pero ha sido hace nueve, los mismos que hace que resido en Llanes, cuando como vecino de la villa he dialogado, de verdad, con símbolos, imágenes, historia y significado de la iglesia. La jubilación favorece este tipo de trabajos sin prisa. Estamos jubilados laboralmente, pero no intelectualmente. Tanto es así que hay aspectos que se controlan de forma más clarividente ahora que en plena juventud.

- ¿Y qué despertó esa curiosidad?

-Mi línea de investigación ha sido como iconógrafo (descripción de la imagen) y como iconólogo (lo que justifica el análisis del mensaje que intenta transmitir). En los libros he ido analizando distintos monumentos, americanos algunos; pero ahora, residiendo en Llanes, el atractivo, la proximidad, la familiaridad y el conocimiento, en verano y en invierno, me ha hecho acercarme a este arte de la basílica.

- ¿Qué recoge en su libro exactamente?

-La línea de investigación se adopta a partir del culto y de la historia del arte, porque en este caso estamos ante un arte sacro que tiene que tener sus móviles, sus motivos, esencialmente en transmitir un mensaje de carácter religioso. El medio por el cual se transmite este mensaje en el cristianismo es el culto, habrá que relacionar las imágenes y los símbolos de la iglesia con el culto que se desarrolla en ella a través, naturalmente, de lo que es la historia del arte, el análisis histórico artístico en el momento en el que se levanta o elabora este tipo de arte.

- Este análisis histórico, artístico, ¿era comprensible para el hombre del tiempo en que se hizo la obra de arte?

-Es una cuestión profunda, pero había una familiaridad con la imagen y el símbolo religioso que hoy no existe. Y lo que hoy trabajosamente intentamos, que es acercarnos al relato que transmite, entonces era una faena cotidiana, porque el pensamiento simbólico dominaba sobre cualquier otro tipo de reflexión. Entendían el mensaje del culto en algunos aspectos mejor que nosotros, porque asistían a diario al culto y éste estaba para enseñar lo que había que creer o lo que había que amar. En la época en la que se está ya labrando el retablo, los escritores místicos lo usan como medio de espiritualidad para acercase a Dios, luego lo desechan, porque cuando se tienen una vivencia interna es menos importante, pero la presencia del arte en escritos de San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús es intenso. El pueblo lo recibía a través de la predicación y estas imágenes sirven a la predicación.

- Toda obra ha de tener una perspectiva novedosa, ¿qué aporta usted en el libro?

-Parece razonable indagar en el arte religioso a través de la religión y es algo que no suele ser habitual. Nos quedamos en el análisis formal, la evolución estética, la escuela a la que pertenece, la autoría? Y el tema queda relegado a un segundo plano, cuando es el asunto que motivó la propia existencia de la obra de arte. Este libro intenta, al menos lo intenta, un análisis de quien encarga al autor la obra de arte y para qué se encarga.

- ¿El retablo mayor que es la joya de la basílica de Llanes en realidad actuaba como un telón de fondo del culto o tenía alguna implicación más?

-Lo era, pero no ha sido siempre así. Ha habido etapas en las que actuó como telón de fondo, algunas próximas, no la actual, porque hay un desconocimiento de la cultura religiosa y el significado de la imagen, cuando a la imagen se le concede un valor didáctico y pedagógico, el que no cree ve una obra de arte dentro de un contexto cultural determinado. Hasta hace poco tiempo el celebrante miraba hacia el altar y los fieles también, por consiguiente al retablo, ahora el celebrante se vuelve mirando a los fieles. Se ha roto esa mirada unitaria de asamblea de los fieles y celebrante mirando hacia el retablo, en concreto hacia el Oriente. El retablo viene de la expresión "detrás de la mesa, del altar", con lo que retablo y altar son una sola cosa.

- ¿Cuál es el mensaje de los capiteles del interior y de la portada principal?

-El retablo tiene un discurso y la decoración monumental otro. La decoración es como un tipo de predicación popular que extrae de la cultura de la época y de culturas anteriores de los primeros siglos de los clásicos griegos elementos para exponer una doctrina y exponer una explicación de la vida y del mundo, excesivo, pero cierto. Hay ahí elementos tomados del mundo vegetal e historias incluso de santos y alegorías. Entonces es otra cosa con referencia al retablo. El retablo expone la vida de Cristo, la pasión vivida como se vivía entonces, mientras que la decoración monumental va dirigida a ese tipo misional que había entonces con las órdenes mendicantes que exigían una iglesia amplia y concitaba una iglesia de pueblo. En el caso de esta iglesia parece que cabe el concejo entero, por su amplitud.

- ¿Grande?

-Tiene una gran capacidad, es una iglesia desproporcionada para aquel entonces, es una iglesia que la levantó el propio concejo. Con las murallas es lo que define el centro histórico de Llanes. Es muy interesante, la levantaron un poco así entre la pelea del día a día. Llegaban los corsarios y había que utilizar por un lado la plomada para levantar la muralla y, por otro, la defensa.

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