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Asturias conquista el suelo de Brasil

El empresario de Cangas de Onís Faustino Antonio Suero construye una urbanización en el país con nombres de calles de pueblos del Suroriente

Vista del terreno del "Jardín Asturias" brasileño. REP. J. M. C.

Cajati es una ciudad brasileña situada a casi 200 kilómetros al sur de Sao Paulo y allí, un emprendedor asturiano, Faustino Antonio Suero Labra, ha llevado el nombre y algo más de su tierra natal. En suelo brasileño desarrolla la urbanización denominada "Jardín Asturias", cuyos viales llevarán nombres de pueblos y localidades de la comarca del suroriente. Sin lugar a dudas, una forma de mantener ligados sus ancestros con la tierra que le acogió hace 47 años, en la que echó raíces y formó una familia. Algo así como un oasis en aquel gran país sudamericano.

El pasado 31 de enero la Cámara Municipal de Cajati dio el visto bueno al proyecto presentado por Antonio Suero, natural del núcleo rural de Narciandi (Cangas de Onís), propietario de la empresa Suero Terraplenagem, una de las más importantes del Estado de Sao Paulo, empleando a cerca de cuatrocientos colaboradores directos, dedicada a movimientos de tierra, logística y otras.

Antonio Suero Labra cursó estudios de Bachillerato Laboral Elemental y Superior en el Instituto "Rey Pelayo", en Cangas de Onís, siendo de aquella director del susodicho centro docente Enrique Echeverría Bengoa (abuelo de Ignacio Echevarría, el "héroe del monopatín"), y después estudió Ingeniería Técnica Industrial, en Gijón.

Tras cumplir el servicio militar obligatorio en España (Milicias Universitarias), Suero emigró, contando 24 años a Brasil. Sus primeros pasos como Ingeniero Técnico Industrial los llevó a cabo en varias empresas hasta que creó la suya propia. A base de mucho esfuerzo, tesón y sacrificio, ese emprendedor de Narciandi se hizo con un nombre en el sector brasileño, aunque nunca olvidó sus orígenes. Ahora, "Antonín, el de Adolfín", como le conocen sus convecinos, cumple con uno de sus sueños, la urbanización "Jardín Asturias", distribuida en parcelas y zonas verdes, cuyas calles se denominarán: Narciandi, Cangas de Onís, Covadonga, Parres, Cardes, Pendás, Bada y Susierra.

Además, mantiene estrechos vínculos con su pueblo natal, Narciandi, al que acude cuando se le presenta la oportunidad, como en las fiestas de San Cosme, a finales de septiembre. Cuenta las horas para volver. Así lo dejó ver ayer mismo, a LA NUEVA ESPAÑA: "Aunque es invierno ahí, aquí es verano y estoy con la boca haciendo agua pensando en una sidra, pero escanciada a mano y no como esos chismes 'chineses'".

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