Armonía, homogeneidad y que no haya discordancia entre sus elementos arquitectónicos. La organización se fija en las sillas de las terrazas, en los suelos y hasta en las flores que puede haber en las macetas. La asociación "Los Pueblos Más Bonitos de España" se encuentra de auditoría por Asturias y, su presidente, Francisco Mestre (que también preside la asociación de los más bellos del mundo), acaba de pasar por Cudillero y en sus planes está ir a Bulnes (Cabrales).
Durante el trayecto adelanta unas cuantas cosas. Las terrazas, mejor sin "sillas de plástico rojo"; las calles, "adoquinadas o empedradas"; y, si hay flores, mucho mejor.
Por lo menos para aquellos núcleos rurales que quieran pasar a engrosar la selecta lista de pueblos bonitos.
Junto a Mestre, como embajadora, camina Sandra Cuesta, alcaldesa de Colunga. Ella ya sabe lo que es tener un pueblo de su concejo entre los "más bonitos" del país. Lastres es uno de los tres únicos lugares asturianos que han sido merecedores de la distinción. Luego llegaron Torazo (Cabranes) y Tazones (Villaviciosa). Ahora se presentan Cudillero y Bulnes. Pero, adelanta el presidente, no todos lo consiguen. "Solo uno de cada cuatro pueblos que se presentan, más o menos, pasan a formar parte de la asociación", explica.
Los pueblos asturianos sabrán si han pasado el corte el 29 de noviembre, cuando los miembros de la agrupación de pueblos se reúnan en Peñíscola. De momento son 94 los que se mantienen como "los más bonitos", pero esta es una condición que no es para siempre, al menos si no se cuidan.
