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Con la UFA de Goebbels a bordo

En 1935 se hizo una de las primeras filmaciones aéreas en el oriente asturiano

Benjamín Gutiérrez Junco, de Parres, se había convertido en prófugo cuando desoyó la orden de movilización para la guerra del Rif. Huyó a Francia, y allí se formó como mecánico y piloto de aviación. No pudo retornar a su casa familiar hasta más de diez años después. Vino volando en cuanto la Segunda República concedió una amnistía para los delitos políticos, sociales y de imprenta.

Llegó a Llanes en agosto de 1931, en plenas fiestas de San Roque, en un avión pilotado por su compañero francés Desmazières, que se posaría en un improvisado campo de aterrizaje al oeste de la villa. Los dos aeronautas, recibidos como estrellas de la Universal por una comisión encabezada por el concejal Juan Antonio Pesquera, habrían de resultar aquí providenciales para el desarrollo de la aviación. Hicieron de taxistas aéreos, leyeron la geografía y persuadieron a las autoridades para construir un aeródromo en la cuesta de Cue. La idea fue acogida con entusiasmo y pudo hacerse realidad a corto plazo.

Tres circunstancias concretas contribuirían a ello: la designación de la villa llanisca como meta de una etapa de la II Vuelta Aérea a España (1933), la Revolución de Octubre de 1934 (que hizo ver a los mandos militares, Franco entre ellos, las ventajas operativas del privilegiado altiplano de Cue y la posición estratégica de Llanes en la cornisa cantábrica) y, sobre todo, la Guerra Civil.

Desmazières regresó a su país antes de que terminase el verano con un montón de fotografías de recuerdo que le había hecho Francisco Rozas Ramírez, y a Benjamín le aguardaría en su tierra una sugestiva carrera de aviador. Una de sus experiencias más curiosas la vivió cuando le encargaron llevar a bordo de su avioneta a un cameraman de la UFA (Universum Film Aktiengesellschaft) para rodar una de los primeras filmaciones turísticas desde el aire en Asturias. Fue en febrero de 1935, dos años después de la llegada de Hitler al poder. Para entonces, la UFA, productora cinematográfica alemana –fundada en 1917 en Babelsberg, a las afueras de Berlín–, se había convertido en un poderoso instrumento propagandístico del régimen nacionalsocialista. En aquel año, Leni Riefenstahl estrenaba el documental “El triunfo de la voluntad”; Hans Sierck (Douglas Sirk) se iniciaba sobre los mismos platós de la eclosión del expresionismo; un tal doctor Hippel (a quien en la película “La niña de tus ojos”, de Fernando Trueba, da vida el actor Heinz Rilling) velaba por la ortodoxia del cine nacional alemán desde una oficina instalada en la productora; y el führer acababa de visitar en enero los estudios de Babelsberg de la mano de Goebbels, convencido de que estaban ya completamente “arianizados”.

Los genios judíos del séptimo arte (Lang y Wilder, entre otros muchos, así como decenas de guionistas, actores y compositores), artífices del prestigio adquirido por la UFA durante la República de Weimar, habían partido al exilio.

A más de dos mil kilómetros de distancia, entre tanto, el piloto de Parres y el cámara alemán, tras citarse en el vestíbulo del hotel Victoria, eran conducidos en automóvil hasta el aeródromo de Cue. El biplaza del llanisco sobrevoló playas y acantilados y, a continuación, puso rumbo a la sierra del Cuera y a los Picos de Europa. Debió de ser una película maravillosa.

En julio del año siguiente, estallada la contienda civil, Benjamín Gutiérrez se incorporaría como voluntario a la aviación republicana. Prestó servicio en el frente Norte y en la zona de Valencia, mas se perdió su rastro en la costa levantina. Una suerte idéntica a la que correría, después, el documental de la UFA entre los escombros de la Segunda Guerra Mundial.

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