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Andrés Martínez Vega

Relatos sobre vitela

Andrés Martínez Vega

N’alcordanza de María Xosefa Canellada

El recuerdo de una de las más relevantes estudiosas de la llingua asturiana

La próxima celebración del Día de les Lletres Asturianes nos trae a la memoria la figura de una de las más relevantes estudiosas de la llingua y autora, asimismo, de numerosos trabajos filológicos. Ella es María Xosefa Canellada, mujer como la definió su marido, el prestigioso filólogo y académico Alonso Zamora Vicente, de pocas palabras y grandes convicciones. Ciertamente, encarnaba en su figura el prototipo de mujer adusta, sencilla, nada contaminada de los gustos de la estética urbana; ella encajaba muy bien en ambiente rural que le tocó vivir en sus primero años de vida, y recorrer en su etapa de doctoranda haciendo un importante trabajo de campo para su tesis sobre el bable de Cabranes.

Torazu (Cabranes), pueblo de su familia a la que ella tan estrechamente vinculada se sentía, era la pequeña Asturias con la que siempre soñaba; sin embargo, había nacido en Infiesto en el año 1913, villa muy vinculada al municipio vecino y en la que residían sus padres, pues su progenitor era pintor, especialista en el arte del retrato y, precisamente, en esta época estaba trabajando al servicio de algunas familias de la localidad, entre las que se contaba la de Cardín.

Con posterioridad a esta etapa, y como consecuencia de las inquietudes artísticas de su padre, la familia se traslada a Madrid a principios de los años 20, en donde su padre encuentra trabajo como conservador de la iglesia de San Francisco el Grande. En esta ciudad se formaría María Xosefa como discípula de Salinas, Dámaso Alonso, Américo Castro, Menéndez Pidal y un sinfín de intelectuales que forjaron su espíritu y el afán investigador que la llevará a convertirse en una respetadísima experta en dialectología y fonética como puede comprobarse en su fecundo itinerario profesional por centros de estudios y universidades españolas y extranjeras.

Su producción literaria ha sido intensa y repleta de guiños hacia su pequeña patria asturiana. “Montesín”, el primer relato de literatura infantil escrito en asturiano, es un verdadero clásico de nuestra literatura, que escribe en 1979, antes de que nuestro idioma tuviera unas normas ortográficas y que la Academia de la Llingua Asturiana fuera creada. A ésta perteneció desde su origen en 1980 como Académica, honor con el que la distingue también en 1986 la Real Academia Española.

Este año se cumplen 25 años del homenaje que le rindió el concejo de Piloña. El acto programado para el día 9 de mayo de 1996, estuvo organizado por los dos institutos de Enseñanza Media de la villa en colaboración con el Ayuntamiento de Piloña, a cuyo frente como alcalde se encontraba don Juan Ignacio Priede Llano.

La sesión institucional tuvo lugar en el salón de Plenos y giró en torno, como no podía ser menos, a la figura de esta piloñesa de nacimiento. Tuvo un protagonismo especial su esposo, don Alonso Zamora Vicente, que ya se encontraba en Piloña desde hacía unos días hospedado en Garrida, la finca de su buen amigo y rector por aquellos años de la Universidad Antonio de Nebrija, don Manuel Villa-Cellino.

Entre los muchos invitados al acto, personajes de la política regional e intelectuales, se encontraba don Xosé Lluis García Arias, presidente de la Academia de la Llingua, que presentó la edición facsimilar de «El bable de Cabranes», estudio publicado por la filóloga en 1944; también estuvo presente doña Ana Cano, filóloga de la Universidad de Oviedo, quien el día anterior había impartido en este mismo salón de Plenos una magnífica conferencia sobre la obra escrita de María Xosefa Canellada.

Tras los discursos institucionales, todos los asistentes se dirigieron hacia la plaza en la que se levanta el edificio en donde había nacido la filóloga. Allí se descubrió una placa que a partir de aquél momento será conocida como la plaza de María Xosefa Canellada, la ignorada piloñesa que ahora ya forma parte de nuestro callejero, de nuestros sentimientos y de nuestra memoria.

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