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Vicente Cue

Crítica / Danza

Vicente Cue

Más efectista que efectivo

El cierre del Festival de Danza de Oviedo

La última representación del Festival Danza Oviedo 2021 titulada “El salto” es el resultado de una reflexión y evolución personal que al premiado bailaor Jesús Carmona le hizo cuestionarse sobre “la relación de la masculinidad en el siglo XXI, tanto por parte de los hombres como de las mujeres”. A mi entender la ilustración didáctica que vimos no llega a cuajar.

No hay duda que los experimentos den frutos o no, son bien acogidos en el desarrollo de las artes. Para profundizar sobre el tema de la masculinidad el catalán ha llevado a cabo residencias en Miami, Londres y Madrid. En esta búsqueda se ha sentido atraído por el “vértigo” que existe últimamente por la “fusión” con otras disciplinas. Y así es cómo se aleja de la liturgia y el embrujo, esencia del baile flamenco, y opta por la mezcla con el lenguaje de la danza moderna que tiene otros valores y formatos y en cuyos efectos se diluye el acervo y la casta de nuestro arte. En lo concerniente al baile este espectáculo se convierte en una representación de danza contemporánea con fiero taconeo.

“El salto” se compone de numerosas escenas, sin conexión entre ellas, interpretadas por siete bailarines –todos hombres– llenos de brío y vitalidad. Se inicia el recorrido emulando las danzas de los derviches giradores turcos para continuar con el decálogo Escudero. A partir de aquí, en un montaje en el que predomina el exceso, sin novedades que resaltar, se encadenan lecturas llenas de intenciones. En general priman los números de conjunto muy enérgicos y ampulosos aprovechándose de diversos estilos de baile entre los que se cuelan unos “entrechats” y “brisé volé” del ballet clásico. Se recurre a múltiples recursos teatrales y efectos visuales. Hay momentos emotivos como la nana de la paternidad y otros muy diferentes con gritos desgarradores, así como narraciones de danza con tonos y énfasis futbolístico.

Carmona es un bailarín de muy notables cualidades y acentos personales. Su mayor habilidad se centra en la velocidad y fuerza en sus pies. En el solo por bulerías así como en otras intervenciones individuales es donde se le vio dar la medida de su capacidad jonda y de su flamenco sin reticencias. Se utiliza música grabada tipo discotequera y de otra índole. Pero la que marca el ritmo es la que se hace en el escenario con el poderío vocal de José Valencia acentuando y comentando los sucesos.

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