Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Los trabajadores de la Fábrica de Loza de San Claudio defendieron ayer su revindicación laboral en diversos frentes, intentando llamar la atención sobre su situación y forzar la intervención de la Administración regional antes de que se agoten los plazos legales.

Minutos antes de las nueve de la mañana, un grupo de trabajadores cortó el tráfico a la entrada de la autopista de Mieres a la ciudad, con pancartas y neumáticos ardiendo. La concentración fue disuelta por las fuerzas del orden sin que se produjese ningún incidente y desde allí el grupo se dirigió hasta la Junta General, donde habían concertado entrevistas con los tres grupos parlamentarios.

Luis Ángel Colunga, del PSOE, adelantó que tras oír a los trabajadores y trasladar sus demandas al consejero de Industria, Graciano Torre, éste les recibirá a principios de la semana próxima. Colunga aseguró que el Consejero está muy molesto con la actitud del propietario de Loza de San Claudio que aún no ha informado a la Administración regional de sus planes para la empresa, compromiso que, según el PSOE, había adquirido con Torre.

Por parte de PP e IU, los trabajadores obtuvieron el compromiso de intentar consensuar un pronunciamiento en su apoyo en la Junta General. Agustín Cuervas-Mons, por el PP, reclamó, tras el encuentro, «que debe haber un esfuerzo por parte del Gobierno regional para buscar una alternativa al cierre». Jesús Iglesias, por IU, declaró que «Asturias no puede permitirse el lujo de ver cómo otra empresa desaparece». María José Mon, presidenta del comité, y el representante del sindicato Fitecas, Ismael Muñiz, insistieron en la necesidad de que «el Principado presione al empresario para que tome una decisión», recordando que el 24 de septiembre expira el plazo para que el éste presente su plan de viabilidad al juez, que de no salir adelante acabaría en la liquidación de la sociedad.

En San Claudio, los trabajadores mantuvieron un paro de veinticuatro horas.