por primera vez, después de cincuenta y ocho años de existencia, el Real Club de Oviedo ha renovado su junta directiva por el sistema de elecciones, el cual, aunque previsto en los estatutos de la entidad, estaba aún sin estrenar.

Desde un principio se vino observando, en la práctica, un método bastante discreto y opaco, de acuerdo con el cual, la junta directiva saliente y un reducido y poco definido grupo de socios, auto constituidos algo así como en tutores del colectivo social, «decidían» quién debía ser el siguiente presidente y demás directivos y en una asamblea general, como de costumbre poco concurrida, resultaban proclamados por el sencillo método de la candidatura única. Publicidad, transparencia y participación de los socios, evidentemente, ninguna. La masa social, no obstante, así lo aceptaba.

Los tiempos, sin embargo, cambian y mucho lo ha hecho esta sociedad en que vivimos durante los últimos cincuenta años, hasta el punto de que determinadas prácticas, que en otro tiempo podían sintonizar con el pensamiento entonces dominante, resultan hoy verdaderos anacronismos.

Y el cambio ha llegado también, inevitable y afortunadamente, a la manera de constituirse los órganos de gobierno del Club de Tenis. Y lo ha hecho mediante la aparición de una candidatura alternativa a la que se estaba gestando por el método tradicional, lo que ha hecho posible que ya cuenta el Club con una junta directiva libre y democráticamente elegida.

Según parece, en algunos reductos del colectivo social la irrupción de esa segunda candidatura causó cierto estupor y sorpresa, porque venía a interferir en los planes de lo que se dio en llamar «las familias del Tenis». Pero la cosa no fue a más porque la masa social, en su conjunto, digirió perfectamente la nueva situación, estando generalmente aceptado que las familias del Tenis son las de los dos mil y pico socios de número. Ni una más, pero tampoco ni una menos. Y todas con los mismos derechos y obligaciones, sin privilegios para nadie. Igual es el que ingresó ayer en el club que quien, como es mi caso, pertenece al mismo desde su fundación.

El proceso electoral vivido ha sido un gran paso del Club de Tenis hacia una necesaria y saludable modernidad, lo cual es muy de agradecer a la candidatura emergente y a quien la encabezaba, cuyo decidido y legítimo paso al frente ha permitido superar una rancia práctica ya completamente desfasada con los signos de los tiempos.