L. S. N.

Los depósitos de agua del Cristo fueron inaugurados en 2004, en plena campaña electoral de las primeras elecciones generales que tenían a Mariano Rajoy y a José Luis Rodríguez Zapatero como carteles electorales de los dos partidos mayoritarios. El PP perdió el Gobierno del Estado, y meses después saltó la polémica: los depósitos y todo el plan dependiente de ellos -el derribo de los que funcionan en la actualidad, conocidos como «Los Quintos», y la subsiguiente cesión del suelo a la Universidad para construir un equipamiento deportivo- no podían entrar en funcionamiento porque no se había incluido en el proyecto su conexión a la red local de abastecimiento. Así que los ovetenses siguieron recibiendo agua del Aramo, y si era necesario recurrir a los depósitos, se tiraba de «Los Quintos», grandes cilindros de color azul que siguen dando servicios desde el Cristo.

Ayuntamiento y Confederación mantienen tesis contrarias, y ninguna de las dos administraciones ha dado hasta ahora el paso al frente para resolver el problema.

El Ayuntamiento se negó a asumir la gestión de los depósitos, porque considera que la obra está incompleta hasta que no tenga conexiones, mientras que la Confederación asegura que ha cumplido con su parte, construyendo el equipamiento, y que las conexiones son redes municipales, cuya ejecución deben asumir los ayuntamientos.

El Consistorio ovetense llegó a recurrir a la figura de pedir «auxilio al Estado» para poder concluir la obra, sin éxito.

Los nuevos depósitos del Cristo, por otra parte, sufrieron, meses después de la inauguración, un deterioro visible, por la aparición de enormes socavones en el material de relleno que los rodea. El origen de estos socavones estaba en la existencia de una vieja mina abandonada que produjo asentamientos y corrimientos del terreno, que fue consolidado.