Arándano o meruéndano o uva de zarza traigo; dase entre brezales, en nuestros puertos de montaña, y en Hipercor, donde mermeladas y licores. Sus bayas, mezcladas con alumbre y agallas, dan un color azul muy empleado por los pintores. Ese azul tiene el dengue de María Rubiera, campesina de Villamegil, que llevó al lienzo Augusto Junquera; ese azul tomaron las cintas de raso que, en su cuna, exhibía el fallecido Príncipe Luis, primer hijo de Isabel II, que pintó Dionisio Fierros; poco gastó en arándanos Joaquín Vaquero Palacios, pero lo hizo en «Arrastre de casetas», de playa; y azul a tope, uno de nuestros primeros pintores abstractos, Armando Pedrosa; conceptual pop azul usó el trubieco José Ramón Muñiz... Pero el azul es caro, y más ahora, prohibida como está la comercialización del arándano. En fin, de azul-arándano teñí hoy la mar de Oviedo.