Pablo GALLEGO

La crisis ha podido más que el deseo de convertir a Oviedo en la capital de la música también en los meses de vacaciones. La ciudad se ha quedado sin el festival de verano que desde julio de 2004 había situado a la capital del Principado en el circuito de ciclos estivales a nivel nacional y con el que se pretendía dar continuidad, en los meses de verano, a la intensa actividad musical ovetense, centrada entre septiembre y junio.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento, José Suárez Arias-Cachero, atribuye la desaparición del festival a la «política de austeridad» que marca desde hace algún tiempo los proyectos del Consistorio ovetense. El último, la programación de las próximas fiestas de San Mateo, en las que no habrá conciertos en las pistas de San Lázaro.

Las actuaciones musicales quedarán repartidas en cinco plazas del casco histórico de la ciudad -Catedral, Feijoo, del Paraguas, Ayuntamiento y Daoíz y Velarde-, y en tres de los once días que durarán los festejos tampoco habrá actividad en el escenario de la Catedral. Uno de los conciertos que sí estaba cerrado, el de la cantante Gloria Gainor, se canceló hace pocos días.

Otra de las razones por las que la que sería la sexta edición del festival no va a celebrarse es el proyecto por el que Oviedo, Gijón y Avilés presentan su candidatura conjunta para convertirse en capital europea de la cultura en 2016. Según el concejal de Cultura, desde el Ayuntamiento estaban «a la expectativa» de que se organizase algún tipo de actividad este mismo verano que sirviese para implicar a los asturianos en el proyecto. Al final, y según otras fuentes, las administraciones implicadas no llegaron a un acuerdo sobre las condiciones en que se celebraría este evento, que ha quedado pospuesto hasta una fecha aún por determinar.

La única actividad que se salva del tijeretazo a la actividad musical en la ciudad es la zarzuela. La Junta de Gobierno Local aprobaba, en su reunión del pasado 25 de junio, una inversión de 838.000 euros para una nueva producción de «La del manojo de rosas», con dirección escénica del ovetense Emilio Sagi y musical de Virginia Martínez que podrá verse en el teatro Campoamor los días 4, 6, 8, 10, 11, 13 y 14 de agosto. A partir de ahí, la programación estival se reduce a un ciclo de cine, a una exposición de fotografías, a los recuperados conciertos del Bombé y a las funciones de teatro protagonizadas por Arturo Fernández y que terminan mañana.

El Festival de Música «Ciudad de Oviedo» inició su andadura el 26 de julio de 2004, con una actuación del Coro Monteverdi bajo la dirección de su titular, sir John Eliot Gardiner, y colas que llegaban hasta la plaza de Porlier para conseguir hueco en uno de los bancos de la Basílica. La gratuidad de los conciertos y los lugares en los que se celebraban, como la plaza de Trascorrales, el Fontán o el claustro de la Catedral, hacían que estos espectáculos gozasen de gran aceptación entre ovetenses y turistas. Además, permitían acercar la música clásica a nuevos públicos, de los que según los expertos está tan necesitada.

El éxito de asistencia a la edición del festival el verano pasado fue tal que, según fuentes municipales, una función de zarzuela y un recital de Alejandro Roy congregaron a casi 2.000 espectadores el mismo día.