El plan de La Manjoya fue impulsado por la desaparecida empresa municipal Gesuosa, que compró a Unión Española de Explosivos, a finales de los años noventa, los terrenos de la antigua fábrica. El Ayuntamiento los recalificó, junto a otros colindantes, hasta alcanzar una superficie de casi un millón de metros cuadrados.

Los terrenos de los que partió la operación fueron sometidos a un trabajoso proceso de descontaminación, ya que había restos de mercurio y cenizas de pirita por la antigua actividad fabril. La descontaminación fue una condición impuesta por el Principado para dar vía libre a la recalificación del suelo. Posteriormente, en 2002, el municipio vendió los terrenos a la empresa Anca Corporate, por 31,5 millones de euros, además de la cesión del bosque de La Zoreda y del palacete de Sela, hoy reconvertido en un hotel de cinco estrellas.

En la actualidad, han concluido las obras de urbanización, mientras que las de construcción quedaron paralizadas.