Ch. NEIRA

Carmen Benito del Pozo (Ávila, 1960), está a punto de incorporarse como concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Oviedo en sustitución de Carmen Caballero. Esta historiadora con una treintena de años en la ciudad vive su debut en política con ganas. «Me ilusiona mucho», explicaba ayer a LA NUEVA ESPAÑA. «Desde que entré en las listas en 2007 sabía que estaba allí no por estar. Es una experiencia personal muy enriquecedora y me gusta la política, creo que es una función de servicio público», recita con voz metralleta, ojos muy abiertos y el discurso todavía sin la erosión del día a día municipal.

La llegada de Carmen Benito a Oviedo, en 1979, tuvo que ver con sus estudios de Historia. Aquí se licenció y aquí se doctoró, bajo la dirección académica del catedrático David Ruiz, con una tesis sobre «La clase obrera asturiana durante el franquismo» y con una tesina que, curiosamente, analizaba «El Ayuntamiento de Oviedo durante la II República». «Conocer la historia de la ciudad», asegura, «permite hacer propuestas novedosas que respeten y preserven lo que la ciudad ha sido, sin perder modernidad por ello». Y se lía a hablar sobre lo que la ciudad es y lo que la ciudad podría ser. Porque Oviedo, razona, «tiene un gran potencial, es una ciudad bonita, pero necesita una gestión más moderna, más dinámica. En su urbanismo, en su arquitectura o en sus zonas verdes la ciudad tiene un gran valor potencial, pero la política municipal, donde hay luces y sombras, responde a un modelo de gestión obsoleto y caduco».

Esa idea del potencial de Oviedo le vino a la cabeza hace muy pocos días, de viaje por el centro de Europa. Aquello le recordó a esto, pero servido y tratado de otra forma, con otro estilo. Esas vacaciones han sido para Carmen Benito una experiencia inolvidable, porque allí, en el aeropuerto de Budapest, le pilló la llamada de la portavoz socialista, Paloma Sainz, para anunciarle la renuncia de Carmen Caballero y la llegada de su turno.

«Primero me sorprendió y luego me hizo ilusión». ¿Y no hay ningún temor a la dura aventura política diaria? «No», corta. «Una democracia se fundamenta en el respeto al otro, en el buen trato, en la educación, en la cortesía. Es una forma de dignificar el cargo que ostentamos. Y espero encontrar en el Ayuntamiento ese ambiente», concluye.

Tras sus estudios universitarios y su tesis, Benito pasó casi inmediatamente a la dirección de la Escuela taller de arqueología industrial de Bustiello, desde 1991 hasta 1997. Desde entonces conoce a Paloma Sainz y a su lado ha seguido trabajando, ya que hasta la actualidad trabaja como técnica superior del Principado en las áreas de formación y empleo.

Carmen Benito, que nunca ha militado en un partido político pero se siente a gusto en el ideario socialista para Oviedo y en el trabajo de Paloma Sainz, con la que ha colaborado mucho profesionalmente, promete trabajo duro. En lo que le digan. Cultura. Pero también juventud, empleo, mujer o medioambiente. «Mi sensibilidad va por ahí».