Laura VILA

Bob Esponja salió de su piña, en la que vive en el fondo del mar, para subir a la superficie y visitar el centro comercial Los Prados ayer por la tarde. Cientos de niños acompañados de sus padres le esperaban para fotografiarse junto al famoso personaje animado. Lo podrán hacer también hoy por la tarde y el próximo fin de semana en el centro comercial durante la gira oficial de Nickelodeon, la productora de los dibujos. La gira consta también de diversos juegos para los niños que muestran a otros personajes como la didáctica «Dora Exploradora».

La visita del querido Bob Esponja causó un gran revuelo entre el público infantil. La mayoría de los niños eligen a Bob Esponja como a su personaje favorito de la serie y no a Patricio o Calamardo, como Kirian Menéndez, de 4 años, que asegura: «Me gusta mucho Bob Esponja porque lo veo en la tele».

Pero el protagonista, a pesar de ser el favorito de muchos niños, no es el más gracioso para casi todos. Joel López, de 5 años, dice que «el más divertido es Patricio». «Mi personaje favorito es Bob, pero me hace más gracia Patricio», subraya Alejandro López, de 8 años.

Sara Muñiz, a punto de cumplir 3 años, explica que ella prefiere a Patricio porque «siempre llama a los demás "idiotas"». Esto lleva a plantearse si estos dibujos son tan educativos como deberían, y lo que opinan los padres es que «los pequeños no entienden la mayoría de lo que dicen, sólo se fijan en los dibujos y se lo pasan bomba», al menos es lo que opina Beni González, madre de una niña de 4 años. Esta teoría la respalda Beatriz Santos, madre de otra niña de la misma edad, que asegura que «son unos dibujos muy entretenidos que gustan a los niños y a los mayores, pero los pequeños no los entienden, se quedan hipnotizados y se ríen muchísimo».

La cola para fotografiarse con Bob Esponja era inmensa, y el gerente de Los Prados, José Pedro Martín, afirmaba que estaba «muy sorprendido por la buena acogida que está teniendo la actividad» y añadía: «De aquí al 31 de julio esperamos unas diez mil personas». Para los primeros, la larga espera mereció la pena, a juzgar por sus caras de ilusión.