Pablo GONZÁLEZ

Un buen remunerado puesto de embalsamador o de maquillador de cadáveres a cambio de unos miles de euros. Éste es el «gancho» que un centro de estudios con sede en Oviedo y Gijón ha utilizado para supuestamente estafar a decenas de personas en toda la región, a las que prometían un puesto de trabajo a cambio de completar un curso por el que se llegó a pagar 3.400 euros. Luego la realidad resultó ser bien distinta ya que el único rostro que maquillaron los alumnos fue el de otro compañero y el único cadáver que llegaron a manipular fue el de un pollo muerto.

El caso comenzó a ser instruido por el Juzgado n.º 4, cuya titular es Ana López Pandiella, la juez que inició la investigación del «caso Marea». Pero dado que la primera denuncia se produjo en Oviedo la juez dejó la investigación en manos de los Juzgados de la capital. Todos los casos se han unido en una misma causa en el Juzgado de instrucción n.º 3 de Oviedo. Muchos de los afectados se han unido y han contratado al abogado ovetense Fernando de Barutell.

El centro de estudios, cuya central está en La Coruña y cuenta con sedes en muchas ciudades donde también se han producido denuncias (se calcula que superan el medio millar), ofertaba a través de anuncios cursos de tanatoestética y tanatopraxia (reconstrucción de cadáveres). La publicidad aseguraba que en estos trabajos se gana entre 2.000 y 3.500 euros y que el centro contaba con bolsa de empleo.

Los comerciales del centro explicaban, según consta en las denuncias de los afectados, que una vez obtenido el diploma (la duración del curso es de dos años) realizarían prácticas en tanatorios de la región con los que la academia tenía acuerdos de colaboración y que con toda probabilidad podrían quedarse en plantilla. Las cantidades que solicitaban por el curso, siempre según las denuncias, varían entre los 1.990 euros y los 3.400. A cambio, los afectados sólo recibieron unos libros, en ocasiones fotocopiados, cuyo valor no llega a los 40 euros. En cuanto a las clases prácticas se centraron en un examen tipo test en las aulas del centro, en algún caso en que los alumnos se maquillaran unos a otros y en otros prácticas de sutura con un pollo muerto. Y además el curso no está homologado, tal y como aseguraban los vendedores.

El administrador del centro, natural de Valladolid y residente en La Coruña, ya fue detenido por la Policía Nacional de Gijón y puesto en libertad. En sus investigaciones, los agentes contactaron con responsables de los tanatorios asturianos, que negaron tener convenios de colaboración con la academia. Uno de ellos incluso llegó a afirmar que nunca contrataría a ninguna persona que hubiera recibido una formación tan «ineficaz» y de tan «escasa calidad».