Ex presidente del Principado

Chus NEIRA

Juan Luis Rodríguez-Vigil fue, en los primeros años noventa, una de las cabezas que pensó un plan de traslado para la fábrica de La Vega, que ahora General Dynamics quiere fusionar con la factoría de Trubia. En aquellos años el presidente del Principado quería que la empresa, todavía pública, se trasladara a un nuevo recinto en el Parque Tecnológico donde diversificar su actividad en otros sectores. Hoy, vuelve a ofrecer los detalles de aquella operación, que, denuncia, se quiso presentar como un pelotazo por parte del Ayuntamiento, pero en la que, defiende, sólo ofrecía un plan que hubiera evitado el actual callejón sin salida.

-¿En qué se parece esta nueva circunstancias al traslado sugerido en su época de presidente?

-Son circunstancias totalmente distintas, y yo no llegué a proponer nunca nada.

-¿Que sucedió, entonces, en 1991?

-Que se caía todo. Lo mismo la minería que la Fábrica de Armas. Y La Vega es un taller muy bueno, con operarios excelentes, pero no tiene ingeniería propia, depende siempre de los pedidos. La ingeniería es de fabricación, no de producto. Yo quería evitar, precisamente, lo que va a suceder ahora.

-¿Cómo?

-Entonces la fábrica era pública, no como ahora. Tenía una doble dependencia, del INI y de Defensa. Y unos costos altísimos, porque no deja de ser una ciudad fabril dentro de la ciudad. Por eso pensaba que se podía hacer una fábrica moderna, adaptada, en el Parque Tecnológico, no en Trubia. Y entonces tampoco había especulación posible porque, en contra de lo que se dijo, eso era público y el compromiso era que todo lo que se sacase sería para inversión en la nueva fábrica. Los sindicatos tenían que estar de acuerdo. La idea era tener tecnología propia y que hubiera, incluso, otras fábricas anejas con tecnología propia dedicadas a otros sectores. Yo pensaba en el sanitario. Alejandro Braña había trabajado en La Vega con prótesis de cadera de titanio. Los de MBA también salieron de ahí. Ésa era mi idea.

-Los sindicatos dicen que podían haber crecido y diversificado su actividad.

-No sé. Yo di esa idea y de esa idea salieron cosas. No soy experto, pero objetivamente el mercado de las armas es proceloso. Las armas tienen que ser buenísimas para que se vendan y éstas tampoco lo son tanto. No somos los campeones del mundo del misil y tenemos el Ejército que tenemos. Por eso yo creía en la diversificación en el ámbito sanitario. Porque en La Vega había, por ejemplo, muy buenos matriceros, y yo pensaba en los consumibles sanitarios. Al final no se hizo. Bueno, se consideraría una extravagancia mía.

-Siempre sostuvo que esa fábrica no tiene sentido en Oviedo.

-No es que lo diga yo. Las fábricas tienen requerimientos especiales. Mire, es la teoría de las monjas. Las hermanitas de los pobres tenían un asilo en González Besada grandísimo pero malo. Querían uno mejor y perras y lo canjearon por ese tan bueno en el Naranco. Y encima les dieron una millonada. Es una teoría sensata: edificios obsoletos para su función pero que valen mucho dinero deben servir para capitalizar las empresas.

-Pero, ¿qué se puede hacer ahora?

-Yo me dedico a estar en mi casa y mirar las camelias. Que hagan lo que quieran. Lo que no vale es lamentarse ahora. Hay que tener previsión. Y la previsión determinaba que o había ingeniería de producto propia o las cosas iban a ser feas. En Asturias nadie quiere pensar con anticipación. Dices algo pensando a diez años vista y se considera de locos. Pero luego todo el mundo llora.

-Insisto, ¿puede Defensa hacer algo ante General Dynamics? ¿Cabe alguna presión?

-Lo que se puede hacer es miagar. La cosa tiene mala pinta. Temo que se los vayan a llevar a las bravas. Porque hay una legislación laboral muy distinta a la anterior. Por otra parte, que el Ayuntamiento diga que quiere evitar la especulación es un poco ridículo. ¿Qué especulación si no se vende un solar en toda España? Es infantil. El problema que corre ese solar es que quede todo abandonado, hecho una mierda, todos los edificios en el suelo. Ése sí que es el riesgo. Y no sé si podrán evitarlo. Ojalá los trabajadores lo consigan.

-¿Qué pensaba Álvarez-Cascos sobre La Vega?

-Lo desconozco por completo.

-¿Y los sindicatos? ¿Por qué no les interesó su plan?

-El mundo de los sindicatos es el mundo de los sindicatos. Ellos tienen que pensar las cosas que hicieron y por qué las hicieron. Les gustan las cosas inmediatas y tienen ideas peculiares sobre mercados y rentabilidad. No es que yo vaya a defender a éstos de la General Dynamics. Ellos son una multinacional que tendrán esto como un taller de cuarta. Y sabrán lo que ganan en cada sitio.

-¿Cree, como se sugiere, que hay presiones de vascos y catalanes para quedarse la fábrica?

-Por eso quería yo salvaguardar La Vega. Sé que utilizan todos los mecanismos posibles, porque por muy independentistas que sean, echan al bolso todo lo que agarran.