Ángel FIDALGO

Recorrer el centro de Oviedo en silla de ruedas. Esa fue la invitación que ayer hicieron al concejal José Ramón Pando los representantes de la asociación «Viajes sin Fronteras». La actividad, organizada según este colectivo por primera vez en Europa, le ha valido a la capital asturiana recibir el distintivo como «Territorio Inclusivo», por las facilidades que, según los usuarios, la ciudad ofrece para quienes no hacen turismo a pie, sino en silla de ruedas.

«Se lo entregamos al Ayuntamiento de Oviedo por su implicación y convicción para eliminar barreras», afirmó el promotor de esta iniciativa, Miguel Nonay. La capital del Principado, aseguró, fomenta la inclusión y la accesibilidad, porque los discapacitados «podemos visitar todos los lugares que frecuentan los turistas». «Si alguien viene a Oviedo se sentirá libre», sentenció Nonay.

«Viajes sin Fronteras» no es ni una agencia de viajes ni una campaña publicitaria. Es, según sus responsables, una iniciativa que trabaja para concienciar primero y motivar después a las ciudades para que creen espacios sin barreras. con el objetivo de hacer que los viajeros con algún tipo de discapacidad -en este caso quienes van en silla de ruedas- tengan la mayor movilidad posible. A cambio, la asociación se compromete a promocionar a las ciudades que más se adaptan a sus necesidades. Desde ayer Oviedo figura en esta lista tan singular.

Ya desde el viernes un grupo de blogueros encabezados por Miguel Nonay comenzó a examinar la ciudad, paseando en silla de ruedas durante el fin de semana. Para sacar adelante esta iniciativa contaron con la participación de profesionales del turismo, la fotografía, y la cooperación, además de la ayuda del concejal de Turismo y Congresos, José Ramón Pando.

Todos ellos pudieron vivir y también sufrir, en primera persona, lo que supone estar anclado a una silla de ruedas. Los distintos recorridos por la ciudad les permitió comprobar, en primera persona, lo que significan las barreras arquitectónicas en el centro de las ciudades.

La conclusión de esta visita no pudo ser mejor, a juicio de su impulsor. «Cualquier turista minusválido que venga a Oviedo se sentirá libre», insistió Nonay.

La realidad actual, según explicó el concejal José Ramón Pando, nace del proyecto «Oviedo sin límite», implantado hace dos años como «espacio de turismo inclusivo». El objetivo era explicar la percepción que de los lugares más emblemáticos de la ciudad tienen los turistas con algún tipo de discapacidad, a la hora de plantear el futuro. «Por eso trabajamos en la adaptación de rutas hostiles a accesibles, como construyendo rampas y no escaleras», concluyó Pando.