Pedro Morán se subió dos veces al escenario -en realidad los premiados estaban sentados allí durante toda la gala-. La primera, para recoger un premio de Quique Dacosta. La segunda, para agradecer el reconocimiento que se le hacía a su establecimiento, Casa Gerardo. Pedro Morán dedicó el galardón a toda la familia, hasta "la sexta generación, que acaba de nacer hace pocos días". Y en especial brindó el reconocimiento a los trabajadores y clientes del negocio. "Sin ellos hubiera sido imposible esta distinción". Pedro y Marcos Morán recibieron en la gala de ayer el premio al "restaurante centenario" por la trayectoria de Casa Gerardo, en Prendes, el negocio que abrió el tatarabuelo, Demetrio Fernández, en 1882.