"Escribo poesía porque desde niña me he rodeado de ella. A mi padre le encantaba, y disfrutaba recitándonosla". Así explicó ayer Esther Rubio Díaz el origen de su incursión en el mundo de las letras. Una exploración que se ha plasmado en el poemario "Semillas de libertad" (Ediciones Camelot), que en esta reedición ha sido publicado en tres idiomas: castellano, inglés y asturiano. La obra "me llevó bastante tiempo en la cabeza", matizó la autora, quien agregó que "aunque las poesías ya las tenía, la elección necesitaba conjugarla en un camino de libertad, de sentirme más conectada conmigo misma".

En un acto celebrado en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, Esther Rubio fue presentada por Azucena Rivas, quien explicó que la escritora fue finalista en un concurso de poesía dedicado a Roberto Juarroz en Mendoza (Argentina), fue incluida en la compilación "Mundos en equilibrio", prepara un cuento filosófico para adultos y trabaja en un proyecto de moda poética junto a Lady Isabel, una chica con síndrome de Down.

La autora de "Semillas de libertad" evocó a sus padres, Roberto Rubio y Edelmira Díaz, y recitó varios poemas propios y ajenos, acompañada a la guitarra por Ana González Suárez. "Mi padre me hacía leerle el Martín Fierro por las noches, le encantaba, así como Juan Ramón Jiménez". "El poema no es poema hasta que encuentra un lector que lo hace suyo, lo interpreta, se identifica con él", destacó.