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El Cristo se desangra sin el Hospital

Los vecinos de la zona urgen a las administraciones a que tomen medidas para aprovechar el espacio que el HUCA dejó en su traslado a La Corredoria

El Cristo se desangra sin el Hospital J. G. E.

El Cristo se desangra sin el Hospital. El traslado a La Corredoria del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha provocado que el barrio esté "muerto", como aseguran los vecinos de la zona. Y es que el complejo hospitalario era uno de los mayores reclamos del barrio, tanto para los comerciantes, como para los propios residentes. Muchos establecimientos han tenido que echar el cierre porque su beneficio dependía, en gran medida, de las personas, que, día tras día, acudían al Hospital. Ante este panorama, vecinos y comerciantes urgen a las administraciones (Ayuntamiento y Principado) a buscar una solución.

Jaime Álvarez es el dueño de un restaurante que se encuentra a escasos metros del viejo centro sanitario, y explica de esta manera la situación actual que vive su barrio y su negocio: "Los comerciantes de la zona hemos sufrido dos crisis: la que pasamos todos los españoles y la del traslado del HUCA. Perdimos en torno al 30% de los beneficios". Además, asegura que el problema no lo tienen solo ellos: "Esto afecta a toda la ciudad, que nadie se olvide. Tienen que hacer algo con el complejo, porque sino se va a convertir en un foco de contaminación para la ciudad".

A los vecinos tampoco se les ve muy contentos con el traslado del HUCA. Ángel Espiño lleva viviendo en el Cristo "toda la vida". Mientras esperaba al autobús, sentado en la marquesina, comenta: "Lo cierto es que da un poco de pena encontrarse el barrio así. Esta muerto". Por su parte, María Fernández, vecina de la zona, afirmó: "El barrio está mucho más tranquilo desde que no está el Hospital aquí, pero el problema es que no pasa nada. El Cristo es un barrio fantasma". Ángeles Vázquez y Pedro García salen a pasear por la zona del Cristo. Incrédulos por la falta de vida del barrio, terciaron: "La verdad es que se respira mucha paz. Nada que ver al jaleo de antaño".

Ya solo quedan medio centenar de investigadores en el antiguo Hospital. Atrás quedan las más de 20.000 personas, que, todos los días, acudían a sus puestos de trabajo. Eduardo Lombardero es un taxista, y ayer tenía su vehículo aparcado en la puerta del antiguo Hospital. Molesto por el poco tránsito que hay por el complejo, aseguró: "Los taxis ya no paran por aquí, si tienes suerte, te encuentras con uno. Han dejado al barrio sin vida".

En los comercios, más de lo mismo. Javier Fernández regenta una panadería. Consciente de la situación que atraviesa su negoció comentó: "Antes vendía 300 barras de pan al día, ahora esa cifra ha bajado considerablemente. Hay que buscar una solución". Algo parecido le sucedió a la droguería que se encuentra escasos metros del negocio de Fernández. La dueña de la perfumería, Carmen Fernández, mostró de esta manera su preocupación por el devenir de su establecimiento: "Intentamos ofrecer nuevas formas de negocio para conseguir atraer a la gente del barrio. A los de fuera ya los perdimos".

Muchos son los que reclaman que se reutilice el complejo. Noelia Pérez es la dueña de una cafetería muy cercana al antiguo HUCA. Entre café y café, comentó: "Es necesario que hagan algo. Sino, no vamos a salir adelante. Hay que recordar que este barrio vivía del Hospital". Otros, como Jaime Álvarez, abogan por la demolición del centro: "Nos dijeron que no estaba en buenas condiciones. Si quieren que lo tiren, pero que hagan algo". Por su parte, Javier Fernández desea que construyan edificios oficiales: "Me gustaría que trasladaran alguna oficina municipal o de gobierno para aquí. Reavivaría el barrio completamente".

Muchos comercios tuvieron que echar el cierre, pero también hay otros que abren. Aprovechándose de la baja renta, deciden montar sus negocios por el barrio. "Bajaron mucho los alquileres, era una oportunidad que tenía que aprovechar", aseguró Noelia Pérez. Por su parte, Neme Fernández, dueño de un bar de la zona, comentó: "Estoy intentando enfocar el negocio para la gente de aquí, sobre todo para los jóvenes". Un barrio, el de todos ellos, que ha quedado marcado por el traslado del Hospital a La Corredoria. "Ya nada volverá a ser como antes", sentencian.

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