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Una zona sensible y la obligación pública de informar a personas vulnerables y niños

Las "intrusiones saharianas" a las que apelan el Principado o el Ministerio de Medio Ambiente para ver si se aminora el límite ya desbordado por la ciudad le preocupan poco al Ayuntamiento de Oviedo, pues precisamente la estación medioambiental del Palacio de los Deportes lleva muchos años revelando peligrosos niveles de contaminación. En 2014, la estación quedó justo en el límite de los 35 días con exceso de contaminación, y un par de lustros atrás rebasaba los límites varias decenas de días al año. La crisis de 2008 sirvió para suavizar los problemas -menos actividad industrial y menos tráfico-, pero ahora vuelven los excesos por sus fueros y en esa zona de Oviedo se forma la tormenta perfecta. Por una parte, los vientos dominantes atraen sobre ella la contaminación industrial y de los viales de la Asturias central; y por otra, las suaves condiciones climáticas y la ausencia de lluvia en los meses finales del año -posible consecuencia del cambio climático-, remansan la atmósfera y la convierte en un pantano de polución.

Se calcula que en España mueren al año a causa de la contaminación unas 16.000 personas con deficiencias respiratorias. La responsabilidad más grave del Principado en situaciones como la de Oviedo consiste en facilitar información a las personas vulnerables, incluidos los niños. Esperar a mayo y al dictamen del Ministerio encaja poco con las tareas de prevención.

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