La forma de los bloques prefabricados de hormigón y su repetición en serie, cómo se apilan para ser transportados o cómo se colocan para acabar formando parte de una estructura. Los puntos de unión de las piezas y los espacios que quedan entre ellas. Eso es lo que llama la atención de Jorge Flórez (Gijón, 1984) y lo que inspira su última exposición, "The fact" (el hecho), la muestra abierta hasta el 9 de marzo en la galería Guillermina Caicoya. "Es un intento de parar en el tiempo piezas para las que nadie mira y en las que yo veo un valor artístico tremendo", explica.
Este joven, ganador del Certamen Nacional de Arte de Luarca en 2013, es otro ejemplo claro de la generación de la crisis. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, se alejó de aquel entorno y regresó a Asturias para afianzar su estilo y su diálogo artístico. "Allí recibes tanta información y están en contacto con tantas cosas, que sientes que todo lo que haces se parece a lo de otro". Pero, a pesar de participar en varios concursos, en varias exposiciones colectivas e individuales y, lo más importante, tener una obra de calidad, Flórez no puede vivir del arte. "Lo compagino con un negocio, porque tengo que comer y con el arte es casi imposible conseguirlo". Pero eso no le hace desistir, al contrario. Desde 2009, este joven artista se ha ido simplificando y aligerando. "Hace años hacía piezas más grandes y orgánicas. Trabajaba con piezas más pesadas que creaba desde la nada para conseguir ese efecto". Aunque se dio cuenta de que conseguía lo mismo con materiales más ligeros, como la madera o el acero, y abandonó lo orgánico por lo geométrico y el color por lo neutro. Y eso es "The fact". Cuatro piezas de pared en madera, pintadas en blanco y negro, en las que los pliegues, las ausencias y las presencias juegan un papel protagonista; cuatro bocetos realizados con tórculo en papel artesanal; y una construcción que supera el concepto de escultura y en la que, gracias a la investigación de la forma y el material, Flórez le suma el valor del cambio y el movimiento. "Es mi interpretación de lo que veo en edificios, escaleras o almacenes. Tengo miles de piezas en mi cabeza con las que ya estoy satisfecho, pero lo difícil es hacerlas reales y adaptarlas a mi lenguaje". Con esta muestra, parece que va por el buen camino.
