"En Asturias hubo grandes cazadores de osos, como Xuanón de Cabañaquinta, pero no se le hicieron películas porque aquí no hay ni industria del cine ni imperio, al contrario que en EE UU y Hollywood, donde producen 'El Renacido', que es un mito esencial de los orígenes de aquella nación". Con esta oportuna reflexión, y justo en el día en el que dicha película del director mexicano Alejandro González Iñárritu cosechaba tres Oscar, Miguel Ángel Navarro Crego presentó ayer su conferencia "Cine y mitología" en la Escuela de Filosofía de Oviedo, de la Fundación Gustavo Bueno.
Navarro Crego, profesor de Filosofía en el IES "Jerónimo González", de Sama de Langreo, ha enlazado en numerosos trabajos el Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno con el arte por excelencia del siglo XX. Así, su tesis doctoral de 2009 versó precisamente sobre "John Ford y 'El sargento negro' como mito. Tras las huellas de Obama", título que explicita los vectores de su planteamiento, a saber, el vigente imperio de EE UU y su ideología, más el género del western como lugar para el mito del héroe.
A lo largo de su intervención, Navarro Crego identificó ese "mito de la esencia americana que se basa en dos ideas: la 'wilderness' y el 'destino manifiesto'", y ambas enlazadas. La primera hace referencia a la tierra salvaje de America de Norte y "a esa frontera que va moviéndose" hasta el Pacífico. Y el 'destino manifiesto" consiste en esa ideología que emanó desde los primeros tiempos de la Unión y que dictaba, precisamente, ese avance de costa a costa, es decir, la expansión del imperio.
Pero antes de formular los mitos fundacionales de EE UU, el conferenciante precisó el alcance del cine como arte, particularmente en su disposición para "hacer de vehículo para las ideologías". Esto se puede aplicar tanto "al cine ruso de la época de Lenin, como a los años veinte de América, con directores como David Wark Griffith, creador del lenguaje cinematográfico".
Ahora bien, el cine, siendo un arte, "no proporciona un conocimiento científico", pero ello no elimina que "la mitologías creada por él deje de ser un saber racional. De hecho, la Historia compartiría un mismo punto de partida con el cine, ya que ambos trabajan "a partir de reliquias y relatos" anteriores. Navarro puso ejemplos de la citada película "El sargento negro", para la que John Ford se alimentó tanto de la historia real "de los 'Buffalo Soldiers', o soldados negros del Ejército de EE UU, como sus recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, viendo a negros morir en las playas de Normandía". El paso siguiente será que la historia del sargento negro "incorpora elementos de la sociedad política", por ejemplo, el nivel de ciudadanía real que han de tener los afroamericanos en EE UU.
En definitiva, "no se gastan 135 millones de dólares en una película como 'El Renacido' si no es para que sea vehículo de una ideología y también de 'merchandising', pues en internet ya se venden reproducciones del rifle de Hugh Glass, aquel cazador de osos".
