Más de quinientos chiquillos, la mayoría de entre seis y doce años, se ganaron al público entonando "Mi gran noche", la canción de Salvatore Adamo que en España popularizó Raphael, desde el escenario del Auditorio Príncipe Felipe. Lo tenían fácil, porque su audiencia estaba formada por sus familias y sus profesores, que acudieron esta tarde a ver el concierto con el que las aulas corales y las rondallas escolares despedían el curso.

Desde 1997 la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Oviedo promueve este programa, "cultural y de carácter social" y coordinado por Basilio Argüelles, con el que pretende promover el amor por la música entre los niños del concejo.

Durante la velada interpretaron temas de Deep Purple, MÑago de Oz, clásicos como la Oda a la Alegría de Beethoven o temas populares asturianos como "Germanín, échame un culín".