Toñi Fernández Sánchez , vecina de Premoño y nacida en este pueblo de Las Regueras, es una mujer encantadora que siempre está echando una mano donde haga falta y, sobremanera, cuando se trata de sacar las fiestas de su pueblo adelante. Desde hace 18 años son los miembros de la Comisión de Fiestas de Santa Ana quienes lo organizan todo, jóvenes dispuestos a que no falte de nada durante los cuatro días de festejos que allí se celebran. En esos días Toñi Fernández y otras dos vecinas se encargaron de hacer todos los postres. "Hice más de tres kilos de arroz con leche y me quedé corta", se lamenta ella con una sonrisa. Su carácter generoso y su afición a la cocina y a la repostería, hace que sus sobrinas y su nieto visiten con asiduidad a una tía y abuela que se desvive por ellos.
"Este año fue tremendo, vino muchísima gente a las fietas. Hubo reservas para el bollo para 776 personas; tuvimos parrillada; picadillo, adobo, de todo, un sinfín de cosas. Este año fue un boom, todo el mundo lo pasó de maravilla", afirma ella con orgullo. No en vano su hija Adriana, presente durante la entrevista, es una de las personas que forman la comisión de fiestas.
Es ella quien le recuerda a su madre, hablando de su infancia y juventud, que antes de casarse con Moncho Argüelles, -"con quien ya he cumplido 37 años de feliz matrimonio", deja Toñi bien claro mientras sonríe-, entre los 15 a los 20 años iba a Grado a aprender a bordar a máquina y a aprender a coser, unas actividades que hoy domina con la misma maestría que los fogones, pues es una enamorada de la cocina desde siempre. "Yo aprendí a cocinar con la mejor maestra, con mi madre, Maruja, a quien ya de niña acompañaba a hacer los samartinos. En aquellos años cuando había una matanza en una casa, había un fiestón y se hacía una cena para todos los que habían participado en ella. De su mano lo aprendí todo", recuerda. Eso si, en los últimos años se ha convertido también en una experta en redes en cuanto a buscar información sobre recetas, sobre todo cuando se trata de postres. "Bueno, no es qué esté ahí todo el día delante del ordenador, pero de vez en cuando si que miro alguna cosa para hacer. Me gusta mucho", añade.
Durante el verano le gusta ir con su marido a las fiestas de prao, sobre todo para, como ella dice, devolver la visita a los vecinos que fueron a Premoño para celebrar Santa Ana. También le gusta viajar cuando puede, sobre todo a tierras gallegas, por las que siente también especial querencia. En cuanto a su pueblo, Toñi Fernández destaca que, desde unos años para acá "hay mucha gente joven, han llegado nuevas familias a vivir aquí. Lo cierto es que en cuanto sale una casa en venta o se pone alguna en alquiler, enseguida la coge alguien. La verdad, hay un ambiente vecinal muy guapo y, además, estamos muy bien comunicados", añade.
