Recorrer a caballo 900 kilómetros de la ruta del Camino de Santiago, desde Irún hasta la capital gallega, por una promesa. Es el desafío al que se enfrentarán durante los próximos veinte días Benjamín y Jennifer Rodríguez, dos jinetes de Casiello (Las Caldas) -padre e hija- que ayer partieron de la ciudad guipuzcoana para tratar de convertirse en los primeros peregrinos -según la Asociación de Amigos del Camino del Norte- que recorren esta ruta a lomos de sus equinos,

"Cuando nos dijeron que nadie lo había hecho antes, nos pareció una aventura novedosa", explica Benjamín Rodríguez, quien encuentra precisamente en el sentimiento aventurero uno de los mayores atractivos de esta afición por viajar a caballo. Pero, acostumbrados a embarcarse en este tipo de experiencias, la verdadera razón que empujó a acometer este reto fue "una promesa que mi hija les hizo a dos caballos que teníamos antes", explica Rodríguez.

Jennifer Rodríguez recuerda con cariño a "Flash" y "Vacilón", dos animales a los que "había prometido que recorreríamos Europa". Éstos, a los que la joven de 19 años se refiere como "mis mejores amigos", fallecieron antes de que pudiera cumplir su propósito. "Con esta aventura, inicio un sueño", explica.

Durante los próximos días, montará sobre "Xana", una yegua de siete años que, aunque ya ha hecho algunos pinitos recorriendo tramos de la sierra del Aramo o de Pajares, se estrena en esta ocasión con una ruta que incluye el paso por algunos núcleos urbanos. Así, la mayor dificultad para estos dos jinetes será "cruzar ciudades como San Sebastián y, sobre todo, la zona de la ría de Bilbao", comenta Benjamín Rodríguez. "Contactamos con los ayuntamientos de estos lugares, por si necesitábamos algún permiso, pero no supieron indicarnos, así que esperamos poder pasar con éxito", añade.

Para contrarrestar la inexperiencia de "Xana", está "Nerón", el caballo sobre el que montará Benjamín. El equino, un veterano de 15 años, "ya bajó a Mérida, cruzando Salamanca, con mucha valentía y respeto hacia los demás", comenta su dueño.

Benjamín Rodríguez lleva veinte años montando a caballo. Casi los mismos que Jennifer, que empezó a competir siendo muy pequeña. "'Nerón' es medalla de plata en doma clásica. Mi hija y yo participábamos en muchos campeonatos", señala Rodríguez. Por si fuera poco, los caballos son el alma de la empresa de organización de cumpleaños que regenta Benjamín.

Por eso, no es de extrañar que, durante la ruta, el bienestar de los animales sea una de sus mayores preocupaciones. Si consiguen llegar a la meta, "nos daremos una buena comilona para celebrarlo", pero "los caballos tendrán su festín cada día". Han dejado sacos de pienso en puntos estratégicos del itinerario, que dejará a su paso las costas cántabra y asturiana. También buscarán albergues con caballerizas, "aunque será complicado porque quedan muy pocas", lamenta Benjamín Rodríguez.

A pesar de todas estas dificultades, el sentimiento de estos jinetes es claro: "Estamos ilusionados por afrontar los inconvenientes; si fuera fácil, no sería una aventura", reflexiona el padre.

Benjamín y Jennifer Rodríguez inician una aventura de veinte días "para desconectar", para olvidarse de todo, menos de su pasión por los caballos.