"La mayoría de la gente no le da importancia a dejar el ordenador encendido por la noche o las regletas eléctricas. Y luego pasa lo que pasa". Mauricio Bogomak no se cansa de repetirlo estos días durante la celebración por primera vez en Oviedo de la Semana de la Prevención de Incendios que organiza hasta el domingo la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) y la Fundación Mapfre gracias al Ayuntamiento, el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) y Protección Civil. Bogomak, nacido en Buenos Aires, es el responsable técnico de las jornadas y forma parte de la plantilla de Bomberos de Oviedo desde hace 21 años. Hoy imparte la conferencia "Mayores e Incendios: máximo riesgo", en la Residencia Ovida, en el barrio del Cristo, de 12 a 14 horas. Y lo hace encantado.

"Es reconfortante y sobre todo necesario dar a la población las pautas necesarias para evitar o enfrentarse a un incendio. En especial a los mayores de 60 años y a los niños", explica Bogomak, para el que es básico inculcar a sus alumnos la importancia de compartimentar, o lo que es lo mismo, contener el fuego cerrando puertas y ventanas. "Cuando hay un conato de incendio, existe la falsa creencia de que hay que abrirlo todo". Además, este bombero insiste en que hay que tener en cuenta la calidad a la hora de adquirir aparatos eléctricos. "Una simple regleta puede ser un peligro y desatar el desastre si se compra en una tienda barata. Deben contar con una certificación oficial. El 24 por ciento de los incendios domésticos tiene su origen en aparatos eléctricos".

En la lista de prioridades ante un incendio, Bogomak incluye la colocación de trapos mojados en las rendijas para que no salga el humo y se propague con un desenlace fatal. "La mayor parte de los fallecimientos en un incendio se producen por inhalación de monóxido de carbono, que es el enemigo silencioso".

Protección Civil imparte clases de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) durante la Semana de Prevención. Lo hace en una carpa instalada en el Campo San Francisco, en la esquina de Uría con la calle Toreno, y junto a los dos vehículos del SEIS que Bomberos de Oviedo exhiben diariamente. Junto a los voluntarios se arremolina una decena de personas para no perderse detalle de la práctica, en la que utilizan muñecos y camillas. Allí estaban ayer Antonio Pérez y Lucía Calvo, que tomaron buena nota de las maniobras del personal de Protección Civil igual que hace años lo hicieron de los consejos de los bomberos. "Controlé el fuego de una sartén con un trapo húmedo gracias a que me lo habían dicho hace tiempo". A su lado Antonio Pérez asiente y va más allá: "Parece mentira, pero echar agua a unas llamas en casa a veces es lo último que hay que hacer".

José Rozas también tuvo una mala experiencia con el fuego. En realidad fue su mujer, que se enfrentó a unas pequeñas llamas en la campana extractora de la cocina. "Logró apagarlo, tenemos dos extintores en casa", comentó aliviado. "Es importante saber cuál es la mejor forma de actuar. Quiero traer a mis nietos aquí o llevarlos a alguna charla para que sepan lo mismo que yo".

Los Bomberos de Oviedo exhibieron ayer en el paseo de los Álamos un vehículo "seminodriza" dotado con una bomba de agua de 6.000 litros de capacidad que usaron en el incendio de Uría 58, y otro vehículo forestal. Cada día, hasta el domingo, llevarán dos vehículos diferentes de su flota salvo la autoescala y el destinado a la primera salida para que los ciudadanos conozcan sus características.