La conexión asturiana de León Trotsky centró el debate de esta semana en la Fundación Gustavo Bueno, con una lección que aprovechaba el centenario de la presencia en España del revolucionario ruso. Tomó el mando de la sesión de la Escuela de Filosofía de Oviedo, el profesor de Filosofía y presidente de la Fundación. Entre los muchos datos que desveló sobre León Trotsky uno hizo relación directa a Oviedo, ya que una de las editoriales que publicó escritos sobre él tenía su sede en el edificio de la calle Peso que hace esquina con Jesús. El filósofo asturiano caracterizó a Trotsky como un "pensador mediocre" al que la inteligencia de los Estados Unidos utilizó como un peón contra el socialismo oficial. "El trotskismo es un pensamiento divagante", en su opinión.

Gustavo Bueno Sánchez contó, a lo largo de su intervención, que Trotsky llegó a España expulsado de Francia. La gendarmería francesa lo puso en la frontera con España y de allí viajó a Madrid, donde permaneció una semana, hasta que lo detuvo la policía española.

Bueno relató una anécdota curiosa de la estancia de Trotsky en España, aclarando que está sin confirmar. Se dice que el revolucionario soviético fue hasta casa de José Ortega y Gasset, al que estaba interesado en conocer; cuando llamó al timbre, lo vieron por la mirilla y desconfiaron de él por su aspecto, así que no le abrieron.

Cuando la policía española detuvo a León Trotsky, explicó Gustavo Bueno Sánchez, lo trasladaron hasta Cádiz, para proceder desde allí a su expulsión. En Cádiz, según Bueno Sánchez, quisieron embarcarlo hacia Cuba, pero él se negó y acabó en Estados Unidos, con su mujer y sus dos hijos. No está claro quién le pagó el viaje, indicó, ya que viajó en un camarote de primera y se alojó en el Waldorf Astoria. Su opinión, basada en algunas investigaciones propias, es que el viaje fue pagado por el marqués de Comillas. De sus vicisitudes en España, Trotsky da cuenta en el libro "Mi vida. Memorias de un revolucionario permanente".

Gustavo Bueno Sánchez analizó la influencia de Trotsky en España. A su juicio, de no haber sido por su asesinato no hubiera sido tan conocido. Añadió que siempre contó con el apoyo de Estados Unidos, lo que él interpreta como un táctica capitalista frente al socialismo, enfrentando a sus seguidores con los de Stalin.

En España, las ideas de Trotsky se extendieron durante la II República y la Guerra Civil, según Gustavo Bueno Sánchez, entre personajes como Andrés Nin, asesinado en Madrid precisamente por agentes de Stalin. El conferenciante habló del asesinato de Trotsky en México, a manos de Ramón Mercader, también agente de Stalin.

Gustavo Bueno Sánchez se refirió a la IV Internacional Socialista, trotskista, a la que están vinculadas personalidades como la del asturiano Alvarez del Vallo, fundador del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y que considera que están manejados por la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) para dividir el socialismo oficial. Y llegó hasta la Transición y al FELIPE (Frente de Liberación Popular), que no era trotskista pero que apoyaban los servicios secretos franceses y en el que militaba el asturiano Ignacio Quintana Pedrosa, que fue secretario de Estado con el PSOE con Javier Solana de ministro.