La comparecencia, ayer, del exalcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo en la comisión del "caso Aquagest" se convirtió en un cara a cara bronco y estéril de una hora y cuarto entre el presidente del PP local y el secretario de Podemos Oviedo, Rubén Rosón. Para Somos, Caunedo no colaboró y evitó contestar. Para el presidente de los populares ovetenses, que logró salir vivo del tercer grado al que le sometió el concejal de Economía, los de Taboada "están utilizando esta comisión para linchar a los funcionarios públicos".

Durante la comparecencia, Rubén Rosón incidió una y otra vez en parecidas preguntas con idéntico fin: tratar de probar la relación de la devolución de 400.000 euros en avales a la empresa que entonces gestionaba los tributos locales con los viajes a Nueva York y París que en esas mismas fechas, año 2009, realizó el entonces edil de Hacienda, Agustín Caunedo. Y saber por qué tras varios informes en contra el interventor cambió de criterio y propuso en un último informe que se devolvieran los avales.

Caunedo se negó a contestar sobre los viajes, negó haber tenido determinadas comidas en determinadas fechas y una y otra vez contestó lo mismo sobre el cambio de criterio entre los técnicos: "Todos los acuerdos de la Junta de Gobierno se sustentaban en los informes de funcionarios". O bien: "¿Pretende que hubiéramos adoptado un informe contrario a la intervención general? ¿Me pregunta por qué no prevaricamos?".

También repitió, a preguntas similares formuladas también por IU, que "nunca orientó, presionó ni recomendó ni este caso ni en otro al interventor ni a ningún funcionario". Y cuando Rosón reincidió en la cuestión, Caunedo le retó: "¿Está insinuando que el interventor hizo el informe a la carta? Sea valiente y dígalo".

Pero uno de los momentos más tensos se vivió cuando Rosón quiso saber sobre los viajes, el dinero de los viajes y a qué se destinó ese dinero. Caunedo se negó a contestar a la mayoría de las preguntas, argumentando que ya lo había hecho en otras ocasiones. Rosón glosó, entonces, la explicación de que las tías del exalcalde le prestaron el dinero. Quiso saber sus nombres y de dónde habían sacado ese dinero. "¿Lo tenían debajo del colchón?", ironizó.

Y entonces Rosón soltó la pregunta referida a las anotaciones de Joaquín Fernández, el supuesto "conseguidor" de la trama, si el dinero de sus tías se había empleado en "putas y varios". Taboada apuntó un "no procede y no tiene que contestar a esa pregunta", pero Caunedo ya lo había empezado a hacer: "La pregunta la ha formulado ya y la voy a contestar. Me parece una vergüenza el tono de esas preguntas, me parece intolerable, no he participado nunca...". En ese momento Rosón hablaba fuera de micrófono y Caunedo saltó con un "¡es tremendo esto! ¿por qué no te callas la boca?" y finalizó su respuesta: "No he participado nunca en una actividad como ésa ni he tenido conocimiento de que nadie, conmigo, participara en ninguna actividad como ésa".

Hubo más choques, como las veces en que Taboada le pedía que se limitara a responder a las preguntas ("no me diga lo que puedo decir o no, eso será en Venezuela, yo no me voy a limitar a nada ante preguntas capciosas y estúpidas") o cuando Gerardo Antuña, como más tarde haría Luis Pacho, el portavoz de Ciudadanos, protestó por la duración del "interrogatorio", casi cuatro veces más de los veinte minutos previstos (de forma "orientativa", matizó Taboada) para cada grupo.

A preguntas de Ricardo Fernández (PSOE), Caunedo afirmó que según su análisis no hubo cambio de criterio entre los técnicos sobre el aval y criticó que nadie analice el fondo del informe del interventor y los motivos que se alegaban para devolver los avales.

Finalizada la comparecencia, Rosón planteó en la comisión que se indagara la filiación de las tías de Caunedo por si procedía llamarlas a declarar. Ana Taboada valoró que Caunedo, "a diferencia de los funcionarios", ayer "no vino a colaborar". Y defendió que pese a remitirse a los informes, los políticos "deben valorar y opinar sobre lo que dicen los técnicos".