"Un grupo de universitarios ovetenses, capitaneados por Javier Villanueva, acaban de iniciar una empresa de un excepcional alcance humano y social: tratan, ni más ni menos, de enseñar al que no sabe. O dicho de otro modo más claro y concreto: enseñar a leer y a escribir a los analfabetos ovetenses. En el segundo piso de la casa número 4 de la calle del Rosal han puesto a su disposición un local para dar en él las clases. No supone la más mínima restricción. A él pueden acogerse, gratuitamente, lo mismo hombres que mujeres, niños o viejos, todo el mundo en pocas palabras. Verdaderamente sería una pena que su iniciativa no fuese apreciada".